31/08/2017, 19:55
No fue hasta después de hablar que se dio cuenta de lo que podría interpretarse al decir ”estaba con él” teniendo en cuenta el contexto y demás, es decir, si Eri escuchó algo en el interior de la habitación de la rubia definitivamente podría sacar la conclusión de que ambos habían estado encerrados en la misma habitación, completamente solos y luego para no levantar sospechas de nadie Akame terminó por irse por la ventana. «Ca-ra-jo »Pensaba separando en sílabas sin motivo aparente.
—No, creo que tenía que ir a comprar algo antes de que el local cerrase —mintió con un tono neutro e intentando restarle toda la importancia posible al asunto.
Más preguntas al respecto y la chica se quedaría sin ideas y le costaría más mentir, ahí sería cuando la peli-morado seguramente terminaría por entender que le estaban mintiendo y de ahí podría sacar todas las conclusiones que se le antojasen. Tampoco era como si Koko fuese a admitir abiertamente que se había estado besuqueando con alguien a quien apenas si conocía.
Pero una vez más, su amada hermana la salvaba directa o indirectamente. Aunque como de costumbre, siempre el asunto siempre termina por derivarse en algo un tanto triste.
—Pero… —murmuró, frunciendo el entrecejo porque le daba cierta impresión de que habían dado por muerta a Noemi.
De todas formas, no se atrevió a interrumpir a su interlocutora, prefirió dejarla seguir hasta que concluyó todas las ideas y dejándole una duda que al responder seguramente podría alegrar un poco a la curiosa.
—Físicamente está bien, ya se ha recuperado —indicó desviando la mirada al techo de la habitación—. No ha estado muy feliz últimamente pero seguramente si se encuentra contigo se alegre aunque sea un poco, y es que desde que renunció perdió contacto con todo el mundo y apenas sale de la mansión.
Mientras hablaba, la pecosa comenzó a pensar en una buena manera de lograr un reencuentro, ya que no era tan sencillo entrar en contacto con aquellos nueve dentro de la residencia Sakamoto.
—Aunque sin invitación escrita, los guardias no te dejarán entrar, ni tampoco se plantearán el preguntar a nadie.
Hablando de aquel clan, las opciones eran pocas y la única que se le ocurría implicaba mediar a pesar de ser una exiliada.
—Los fines de semana, Noemi y otro de mis hermanos vienen a visitarme a mi departamento, para asegurarse que estoy bien y eso. Si quieres puedes venir alguna vez —al momento de decir eso la Kageyama se giró para mirar de frente a Eri—. Es la única manera que se me ocurre porque después de lo que ocurrió, Noemi prefiere no mostrarse demasiado y por ello casi no sale de su habitación siquiera. Para empeorar las cosas yo no tengo permitido el acceso a la residencia ni nada similar al clan así que el único contacto que tengo con ella es durante su visita los fines de semana o mediante mi otro hermano.
No hay más opciones, al menos si solo se habla con Koko, la exiliada. Si fuese alguien más dentro del clan probablemente las cosas serían muy distintas.
—No, creo que tenía que ir a comprar algo antes de que el local cerrase —mintió con un tono neutro e intentando restarle toda la importancia posible al asunto.
Más preguntas al respecto y la chica se quedaría sin ideas y le costaría más mentir, ahí sería cuando la peli-morado seguramente terminaría por entender que le estaban mintiendo y de ahí podría sacar todas las conclusiones que se le antojasen. Tampoco era como si Koko fuese a admitir abiertamente que se había estado besuqueando con alguien a quien apenas si conocía.
Pero una vez más, su amada hermana la salvaba directa o indirectamente. Aunque como de costumbre, siempre el asunto siempre termina por derivarse en algo un tanto triste.
—Pero… —murmuró, frunciendo el entrecejo porque le daba cierta impresión de que habían dado por muerta a Noemi.
De todas formas, no se atrevió a interrumpir a su interlocutora, prefirió dejarla seguir hasta que concluyó todas las ideas y dejándole una duda que al responder seguramente podría alegrar un poco a la curiosa.
—Físicamente está bien, ya se ha recuperado —indicó desviando la mirada al techo de la habitación—. No ha estado muy feliz últimamente pero seguramente si se encuentra contigo se alegre aunque sea un poco, y es que desde que renunció perdió contacto con todo el mundo y apenas sale de la mansión.
Mientras hablaba, la pecosa comenzó a pensar en una buena manera de lograr un reencuentro, ya que no era tan sencillo entrar en contacto con aquellos nueve dentro de la residencia Sakamoto.
—Aunque sin invitación escrita, los guardias no te dejarán entrar, ni tampoco se plantearán el preguntar a nadie.
Hablando de aquel clan, las opciones eran pocas y la única que se le ocurría implicaba mediar a pesar de ser una exiliada.
—Los fines de semana, Noemi y otro de mis hermanos vienen a visitarme a mi departamento, para asegurarse que estoy bien y eso. Si quieres puedes venir alguna vez —al momento de decir eso la Kageyama se giró para mirar de frente a Eri—. Es la única manera que se me ocurre porque después de lo que ocurrió, Noemi prefiere no mostrarse demasiado y por ello casi no sale de su habitación siquiera. Para empeorar las cosas yo no tengo permitido el acceso a la residencia ni nada similar al clan así que el único contacto que tengo con ella es durante su visita los fines de semana o mediante mi otro hermano.
No hay más opciones, al menos si solo se habla con Koko, la exiliada. Si fuese alguien más dentro del clan probablemente las cosas serían muy distintas.