4/09/2017, 20:12
—No hay linternas, no
Contestó la fémina en respuesta a la pregunta de Mogura.
Ayame, llegará el día que te pueda pasar esto en medio de una misión, o cuando alguien esté combatiendo contra ti. En ese momento, estarás muerta.
Advirtió la ANBU a la joven kunoichi.
—Aquí, sin embargo, no te pasará nada siempre y cuando te mantengas a nuestro lado. Cierra los ojos y piensa que conozco estos pasillos mejor que los de mi propia casa. Están diseñados para mantener fuera a los intrusos, pero nosotros no somos unos intrusos.
Shanise trataba de darle un par de razones para que se tranquilice, no podía pasarle nada si se quedaba junto a sus compañeros, sumado a eso, la superior clamaba conocer esos pasillos mejor que su propia casa. Un intruso seguramente vagaria por la oscuridad sin rumbo alguno y moriría quien sabe cómo, si de hambre o algo más.
—N... L... las... p... piernas... n... no me... no me...
Diría o intentaría decir la jadeante Ayame. Realmente la estaba pasando mal.
«Vaya, Aotsuki-san, realmente tiene un problema con la oscuridad.»
Pensó el joven médico en la misma oscuridad donde estaba su compañera. No, no era la misma, la oscuridad donde estaba Ayame era una oscuridad malvada, llena de peligros, la estaba tomando prisionera y no parecía querer dejarla ir.
Aotsuki-san no será capaz de seguir a menos que hagamos algo. No creo que tengamos tiempo para que ella supere sus temores en este momento tampoco.
Señaló Mogura. Antes de iniciar el viaje a Shinogi-to había sido mencionada la importancia de avanzar tan rápido sea posible.
¿Podria pedirle que cargue con ella hasta la salida, Shanise-san?
Pediría entonces haciendo una ligera reverencia que, claramente, no podría ser vista en la oscuridad.
Contestó la fémina en respuesta a la pregunta de Mogura.
Ayame, llegará el día que te pueda pasar esto en medio de una misión, o cuando alguien esté combatiendo contra ti. En ese momento, estarás muerta.
Advirtió la ANBU a la joven kunoichi.
—Aquí, sin embargo, no te pasará nada siempre y cuando te mantengas a nuestro lado. Cierra los ojos y piensa que conozco estos pasillos mejor que los de mi propia casa. Están diseñados para mantener fuera a los intrusos, pero nosotros no somos unos intrusos.
Shanise trataba de darle un par de razones para que se tranquilice, no podía pasarle nada si se quedaba junto a sus compañeros, sumado a eso, la superior clamaba conocer esos pasillos mejor que su propia casa. Un intruso seguramente vagaria por la oscuridad sin rumbo alguno y moriría quien sabe cómo, si de hambre o algo más.
—N... L... las... p... piernas... n... no me... no me...
Diría o intentaría decir la jadeante Ayame. Realmente la estaba pasando mal.
«Vaya, Aotsuki-san, realmente tiene un problema con la oscuridad.»
Pensó el joven médico en la misma oscuridad donde estaba su compañera. No, no era la misma, la oscuridad donde estaba Ayame era una oscuridad malvada, llena de peligros, la estaba tomando prisionera y no parecía querer dejarla ir.
Aotsuki-san no será capaz de seguir a menos que hagamos algo. No creo que tengamos tiempo para que ella supere sus temores en este momento tampoco.
Señaló Mogura. Antes de iniciar el viaje a Shinogi-to había sido mencionada la importancia de avanzar tan rápido sea posible.
¿Podria pedirle que cargue con ella hasta la salida, Shanise-san?
Pediría entonces haciendo una ligera reverencia que, claramente, no podría ser vista en la oscuridad.
Hablo - Pienso