6/09/2017, 12:09
El Senju se presentó en el mostrador, completamente decidido a terminar aquella misión y volver a sus quehaceres, que no consistían en otra cosa que no fuera en entrenar, como venía siendo normal desde que se graduó en la academia.
— ¿Venimos? Oh, Shiori-chan, vaya, vaya, te mando de misión y vuelves con un buen mozo por delante. Ya veras cuando se lo cuente a mamá.
Al parecer la encargada de dar las misiones se conocían, y no solo eso, ¡eran hermanas! Ahora que se fijaba sí que era cierto que tenían el mismo color de pelo aunque aquello, por lo que tenía entendido, era muy normal entre los Uzumaki.
El resto de la conversación se trató en una hermana mayor tratando de pinchar a la pequeña y, de repente, una oferta de una nueva misión de rango D salió a la luz, una misión para dos, pero, lamentablemente, el peliblanco había quedado con su tía para entrenar aquel día, por lo que, y no sin soltar un suspiro que denotaría que no quería dejar a Shiori en la estacada tomó su turno de palabra.
— Lo siento, Shiori, pero me tengo que ir, que había quedado para entrenar, otra vez será, ¿sí? — El joven trató de sonar todo lo amable posible, se volteó hacia la recepcionista, realizó una ligera reverencia y cogió la bolsita con monedas que le pertenecía. — ¡Adiós, Shiori-san! — Y se marchó del lugar.
— ¿Venimos? Oh, Shiori-chan, vaya, vaya, te mando de misión y vuelves con un buen mozo por delante. Ya veras cuando se lo cuente a mamá.
Al parecer la encargada de dar las misiones se conocían, y no solo eso, ¡eran hermanas! Ahora que se fijaba sí que era cierto que tenían el mismo color de pelo aunque aquello, por lo que tenía entendido, era muy normal entre los Uzumaki.
El resto de la conversación se trató en una hermana mayor tratando de pinchar a la pequeña y, de repente, una oferta de una nueva misión de rango D salió a la luz, una misión para dos, pero, lamentablemente, el peliblanco había quedado con su tía para entrenar aquel día, por lo que, y no sin soltar un suspiro que denotaría que no quería dejar a Shiori en la estacada tomó su turno de palabra.
— Lo siento, Shiori, pero me tengo que ir, que había quedado para entrenar, otra vez será, ¿sí? — El joven trató de sonar todo lo amable posible, se volteó hacia la recepcionista, realizó una ligera reverencia y cogió la bolsita con monedas que le pertenecía. — ¡Adiós, Shiori-san! — Y se marchó del lugar.
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
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