6/09/2017, 17:50
Unos segundos de silencio siguieron a la pregunta de Mogura, lo único que le daba una indicación de que su cabeza seguía sobre sus hombros era que aún podía escuchar a Ayame.
—Manase Mogura. Esa sugerencia resulta osada viniendo de un ninja de bajo rango como tú.
Y nuevamente silencio, segundos que la ANBU podría haber desenvainado algún filo y prepararse para morir al joven médico por su actitud. No podían verlo, pero estaba un poco nervioso por el tono de Shanise.
—Sin embargo, lo dejaré pasar, porque resulta que es una idea cojonuda, de hecho, creo que no habrá otro remedio.
Una nueva victoria se sumaba al historial del muchacho de cabello azabache, solo el mejor médico de Amegakure podría haberle dado una orden a la consejera de la propia Arashikage y seguir vivo. Una ligera sonrisa se dibujaría en el rostro del genin, aprovechando quizás que nadie podía verlo.
Bien. Ahora, agárrate a mi túnica, Mogura-kun. No te separes de mi, y haz exactamente lo que yo te diga, ¿de acuerdo?
»Tengo las manos ocupadas, y luego habrá que hacer algunas cosas.
Sin más remedio, el chico se adjuntó a la mujer tomándola por la túnica como había ordenado y todos juntos avanzaron en la oscuridad. Por momentos se podía ver luz a lo lejos, pero el rumbo no tardaría en desviarse nuevamente a la más oscura de las oscuridades. Shanise hacía gala de una percepción maestra, lo que sería una muerte traumatice para mucho no parecía mas que un paseo para la experimentada kunoichi. A espaldas del trió se escuchaban trampas activarse, trampas que no dudarían en castigar la duda de los intrusos.
«No se como habríamos hecho para cruzar este lugar si no estuviese Shanise...»
Pensaba mientras terminaban de llegar a una puerta un tanto curiosa. Con palancas y botones.
—Bien, Mogura-kun. Escucha con atención:
»Tira de la palanca de la izquierda. Luego de la de la derecha. Pulsa el botón rojo, luego el verde, luego de nuevo el rojo, y tira de la palanca central. Es muy importante que hagas eso en ese orden. Si lo necesitas,
te lo volveré a repetir cuantas veces haga falta. Pero por favor no te equivoques.
El joven médico de Amegakure escuchó atentamente las palabras de la mujer en el momento en que su nombre fue mencionado. Tenía que manipular las palancas y botones, era importante no equivocarse. Había una secuencia en particular que tenía que realizar y podrían seguir su camino, de equivocarse quizás no podrían contarla. Pero no había por qué ponerse nervioso ¿no? El mejor médico de Amegakure podría recordar fácilmente una simple secuencia de palancas y botones.
Bien, palanca izquierda, derecha, botón rojo, verde, rojo y palanca central.
Repetiría la secuencia en voz alta y se acercaría un poco más a la puerta. Estiraría su mano y tiraría de la palanca de la izquierda...
...luego de la derecha.
Pulsaría el botón rojo...
...seguidamente el botón verde...
...nuevamente el rojo...
Y tiraría finalmente de la palanca central.
«¿Y ahora?»
Pensaba el muchacho sin moverse del lugar.
—Manase Mogura. Esa sugerencia resulta osada viniendo de un ninja de bajo rango como tú.
Y nuevamente silencio, segundos que la ANBU podría haber desenvainado algún filo y prepararse para morir al joven médico por su actitud. No podían verlo, pero estaba un poco nervioso por el tono de Shanise.
—Sin embargo, lo dejaré pasar, porque resulta que es una idea cojonuda, de hecho, creo que no habrá otro remedio.
Una nueva victoria se sumaba al historial del muchacho de cabello azabache, solo el mejor médico de Amegakure podría haberle dado una orden a la consejera de la propia Arashikage y seguir vivo. Una ligera sonrisa se dibujaría en el rostro del genin, aprovechando quizás que nadie podía verlo.
Bien. Ahora, agárrate a mi túnica, Mogura-kun. No te separes de mi, y haz exactamente lo que yo te diga, ¿de acuerdo?
»Tengo las manos ocupadas, y luego habrá que hacer algunas cosas.
Sin más remedio, el chico se adjuntó a la mujer tomándola por la túnica como había ordenado y todos juntos avanzaron en la oscuridad. Por momentos se podía ver luz a lo lejos, pero el rumbo no tardaría en desviarse nuevamente a la más oscura de las oscuridades. Shanise hacía gala de una percepción maestra, lo que sería una muerte traumatice para mucho no parecía mas que un paseo para la experimentada kunoichi. A espaldas del trió se escuchaban trampas activarse, trampas que no dudarían en castigar la duda de los intrusos.
«No se como habríamos hecho para cruzar este lugar si no estuviese Shanise...»
Pensaba mientras terminaban de llegar a una puerta un tanto curiosa. Con palancas y botones.
—Bien, Mogura-kun. Escucha con atención:
»Tira de la palanca de la izquierda. Luego de la de la derecha. Pulsa el botón rojo, luego el verde, luego de nuevo el rojo, y tira de la palanca central. Es muy importante que hagas eso en ese orden. Si lo necesitas,
te lo volveré a repetir cuantas veces haga falta. Pero por favor no te equivoques.
El joven médico de Amegakure escuchó atentamente las palabras de la mujer en el momento en que su nombre fue mencionado. Tenía que manipular las palancas y botones, era importante no equivocarse. Había una secuencia en particular que tenía que realizar y podrían seguir su camino, de equivocarse quizás no podrían contarla. Pero no había por qué ponerse nervioso ¿no? El mejor médico de Amegakure podría recordar fácilmente una simple secuencia de palancas y botones.
Bien, palanca izquierda, derecha, botón rojo, verde, rojo y palanca central.
Repetiría la secuencia en voz alta y se acercaría un poco más a la puerta. Estiraría su mano y tiraría de la palanca de la izquierda...
...luego de la derecha.
Pulsaría el botón rojo...
...seguidamente el botón verde...
...nuevamente el rojo...
Y tiraría finalmente de la palanca central.
«¿Y ahora?»
Pensaba el muchacho sin moverse del lugar.
Hablo - Pienso