6/09/2017, 20:44
Como un ávido luchador, Daigo aguardó pacientemente con sus brazos por encima de sus hombros protegiéndose el rostro y parte del torso con toda la extensión de sus extremidades. Debatiéndose entre el deber y el honor, y su propia fortaleza mental, la cual probablemente intentaría ceder ante la nimia posibilidad que existía para un genin como él de salir airoso y victorioso de un enfrenamiento de uno contra cinco.
Pero el genin kusajin prevalecería ante la adversidad, y exclamaría sus intenciones en voz alta.
—A-ataquen si se ven capaces —dijo pretendiendo parecer más duro de lo que se sentía—. Pero no me subestimen por lo que hayan visto en el torneo...
Los cinco hombres no parecieron reaccionar a sus palabras, y continuaron avanzando tan torpes como podían serlo, aún y pudiendo ver como el muchacho ejecutaba un sello, y admitía saber algo de ninjutsu.
Una gran nube de polvo se levantó desde el suelo, gracias a la ejecución de una técnica de futon por parte del shinobi. Esta abarcó el espacio suficiente como para que las intenciones de Daigo pudieran ser ejecutadas a la perfección, nublando la vista de 3 de los infractores, y quedando con sólo dos en su retaguardia.
Así pues, como toro enfurecido, Daigo embistió al hombre con toda sus fuerzas. Aquello le habría servido tumbar a cualquiera, desde luego, más sin embargo...
El cuerpo de Daigo atravesaría el del hombre como si éste fuera de plástico, el cual se partió en dos con apenas el primer contacto. Pero cuando Daigo voltease, no sólo vería detrás suyo a otros dos hombres, sino que que en donde había embestido al primero, habían ahora tres idénticos. Todos con la misma ropa, el mismo kunai, y el mismo rostro cubierto.
Pero el genin kusajin prevalecería ante la adversidad, y exclamaría sus intenciones en voz alta.
—A-ataquen si se ven capaces —dijo pretendiendo parecer más duro de lo que se sentía—. Pero no me subestimen por lo que hayan visto en el torneo...
Los cinco hombres no parecieron reaccionar a sus palabras, y continuaron avanzando tan torpes como podían serlo, aún y pudiendo ver como el muchacho ejecutaba un sello, y admitía saber algo de ninjutsu.
Una gran nube de polvo se levantó desde el suelo, gracias a la ejecución de una técnica de futon por parte del shinobi. Esta abarcó el espacio suficiente como para que las intenciones de Daigo pudieran ser ejecutadas a la perfección, nublando la vista de 3 de los infractores, y quedando con sólo dos en su retaguardia.
Así pues, como toro enfurecido, Daigo embistió al hombre con toda sus fuerzas. Aquello le habría servido tumbar a cualquiera, desde luego, más sin embargo...
El cuerpo de Daigo atravesaría el del hombre como si éste fuera de plástico, el cual se partió en dos con apenas el primer contacto. Pero cuando Daigo voltease, no sólo vería detrás suyo a otros dos hombres, sino que que en donde había embestido al primero, habían ahora tres idénticos. Todos con la misma ropa, el mismo kunai, y el mismo rostro cubierto.