8/09/2017, 02:16
Que Noemi estaba muerta ya era algo común de escuchar, no bonito pero sí común y es que no podía culpar a nadie de pensar en aquello si después de aquel día la chica nunca jamás volvió a ser vista fuera de la vivienda Sakamoto.
De todas maneras el malentendido fue aclarado y ahora Eri se mostraba sumamente alegre al escuchar aquellas posibilidades que la pecosa le había mencionado. Aunque no era nada seguro.
—No te preocupes por eso, ten en cuenta que no ha vuelto a salir por voluntad propia y seguramente entiendas un poco en cuanto la veas.
«Entenderás que no quiere que la vean como una lisiada »Concluyó en su mente, sin atreverse a dar los detalles o podría cargarse el buen ambiente que se había generado.
—Aparte que ella sí es bien tonta, podría haberse puesto en contacto con alguien, podría haber hablado contigo o algún otro amigo en lugar de encerrarse en su habitación a llorar como una pasmada —dijo algo fastidiada antes de tomar una galleta y engullirla.
No se llevaba mal con su hermana, pero habían actitudes que definitivamente no podía entender y esa era una de ellas, ¿por qué esconderse de sus amigos? Es cierto que ahora depende bastante de otros y que ya no podrá dedicarse al oficio de shinobi como los demás, pero había perdido dos miembros justamente por irse a cumplir una jodida misión de rango A que para colmo figura como cumplida… Puede darse por satisfecha con ello así no haya hecho absolutamente nada, después de todo no todos los genins tienen la posibilidad de colarse en una misión de semejante magnitud y regresar con vida.
Justo después de tragar la galleta, Koko centró su mirada en la peli-morada con una sonrisa.
—¡Ya le podrás decir lo que piensas cuando la veas! —Comentó alegre—. Es más, cuando viene a casa suele quedarse a pasar la noche, si quieres puedes quedarte y te pones al día con ella.
Total, la Yuki había demostrado tener cierto amor por los dulces y cualquier persona que amara los dulces definitivamente era buena persona. Al menos esa era la lógica de Koko.
De todas maneras el malentendido fue aclarado y ahora Eri se mostraba sumamente alegre al escuchar aquellas posibilidades que la pecosa le había mencionado. Aunque no era nada seguro.
—No te preocupes por eso, ten en cuenta que no ha vuelto a salir por voluntad propia y seguramente entiendas un poco en cuanto la veas.
«Entenderás que no quiere que la vean como una lisiada »Concluyó en su mente, sin atreverse a dar los detalles o podría cargarse el buen ambiente que se había generado.
—Aparte que ella sí es bien tonta, podría haberse puesto en contacto con alguien, podría haber hablado contigo o algún otro amigo en lugar de encerrarse en su habitación a llorar como una pasmada —dijo algo fastidiada antes de tomar una galleta y engullirla.
No se llevaba mal con su hermana, pero habían actitudes que definitivamente no podía entender y esa era una de ellas, ¿por qué esconderse de sus amigos? Es cierto que ahora depende bastante de otros y que ya no podrá dedicarse al oficio de shinobi como los demás, pero había perdido dos miembros justamente por irse a cumplir una jodida misión de rango A que para colmo figura como cumplida… Puede darse por satisfecha con ello así no haya hecho absolutamente nada, después de todo no todos los genins tienen la posibilidad de colarse en una misión de semejante magnitud y regresar con vida.
Justo después de tragar la galleta, Koko centró su mirada en la peli-morada con una sonrisa.
—¡Ya le podrás decir lo que piensas cuando la veas! —Comentó alegre—. Es más, cuando viene a casa suele quedarse a pasar la noche, si quieres puedes quedarte y te pones al día con ella.
Total, la Yuki había demostrado tener cierto amor por los dulces y cualquier persona que amara los dulces definitivamente era buena persona. Al menos esa era la lógica de Koko.