17/07/2015, 15:49
Sin duda ella sabía cosas de los Uchiha, más de la cuenta probablemente, pero no iba a sacar nada por mucho que insistiese. Estaba perdiendo el tiempo inútilmente. Sin embargo, su labia era majestuosa, tanto como el vuelo de un águila imperial. Sin lugar a dudas aquella chica despuntaba entre la media de inteligencia de Amegakure.
-Venga, no tienes anda de pobre, Kunie- dije con una sonrisa pícara -No sé de donde has sacado la información, pero pareces saber mucho de los Uchiha incluso más que yo. No obstante, todo clan tiene sus secretos, y no voy a ser yo el que los desvele al primero que pase. Mis ojos son como los de cualquiera persona con ojos negros-
¡Plas!
La puerta de madera de la entrada se abrió de un golpe seco provocando mi consecuente sobresalto. Por ella entró una mujer de unos 40 o 50 años más o menos, de larga melena pelirroja y ojos de color fuego. Al igual que Kunie, llevaba una túnica con capucha negra como el carbón recién quemado y un rostro que mostraba el más absoluto de los miedos.
-¡Joder, espero haberlos despistado!-
Me la quedé mirando, tal era la tensión que se apreciaba en la muchacha que no parecía haberse dado siquiera cuenta de nuestra presencia.
-¡Oh! Lo siento chicos no quería molestaros. ¡Pero que monada! ¿Os habéis escapado de casa para poder estar juntos?-
No había duda, acababa de cometer una grave confusión, realmente ni por asomo era como lo pintaba la supuesta lugareña.
-Venga, no tienes anda de pobre, Kunie- dije con una sonrisa pícara -No sé de donde has sacado la información, pero pareces saber mucho de los Uchiha incluso más que yo. No obstante, todo clan tiene sus secretos, y no voy a ser yo el que los desvele al primero que pase. Mis ojos son como los de cualquiera persona con ojos negros-
¡Plas!
La puerta de madera de la entrada se abrió de un golpe seco provocando mi consecuente sobresalto. Por ella entró una mujer de unos 40 o 50 años más o menos, de larga melena pelirroja y ojos de color fuego. Al igual que Kunie, llevaba una túnica con capucha negra como el carbón recién quemado y un rostro que mostraba el más absoluto de los miedos.
-¡Joder, espero haberlos despistado!-
Me la quedé mirando, tal era la tensión que se apreciaba en la muchacha que no parecía haberse dado siquiera cuenta de nuestra presencia.
-¡Oh! Lo siento chicos no quería molestaros. ¡Pero que monada! ¿Os habéis escapado de casa para poder estar juntos?-
No había duda, acababa de cometer una grave confusión, realmente ni por asomo era como lo pintaba la supuesta lugareña.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa