9/09/2017, 00:25
La jonin negó con la cabeza, abrió la puerta y dejó a la vista el pasillo.
—No. Es algo que sólo debes ver tú. Quiero enseñarte una técnica que te resultará útil. Ya sabes. De nuestro clan —Shanise se ajustó el respirador con una mano y carraspeó.
Y Ayame sintió que el corazón se le aceleraba.
—Una técnica de los Hōzuki... —murmuró, emocionada. Hasta el momento había sido su tío quien la había instruido en las nociones de las técnicas más básicas de los Hōzuki. Pero ahora Shanise, la mano derecha de la mismísima Arashikage, le estaba ofreciendo enseñarle algo nuevo.
—Venga, vamos.
Y Ayame ni siquiera se lo pensó. Se adelantó para seguir la estela de la ANBU.
—No. Es algo que sólo debes ver tú. Quiero enseñarte una técnica que te resultará útil. Ya sabes. De nuestro clan —Shanise se ajustó el respirador con una mano y carraspeó.
Y Ayame sintió que el corazón se le aceleraba.
—Una técnica de los Hōzuki... —murmuró, emocionada. Hasta el momento había sido su tío quien la había instruido en las nociones de las técnicas más básicas de los Hōzuki. Pero ahora Shanise, la mano derecha de la mismísima Arashikage, le estaba ofreciendo enseñarle algo nuevo.
—Venga, vamos.
Y Ayame ni siquiera se lo pensó. Se adelantó para seguir la estela de la ANBU.