20/07/2015, 14:13
(Última modificación: 20/07/2015, 14:14 por Uzumaki Eri.)
''¡Otra vez!''
Eri suspiró por enésima vez en aquel día. -Popu es una coletilla que tengo desde muy pequeña...-Explicó a Ichiro. -Hay personas que viajan por placer... Pero, no sé, nosotros los ninjas solemos proteger y no ser protegidos...- Pensó en su hogar y en un chico en especial, y volvió a suspirar cabizbaja.-Y no soy una enclenque, estoy aprendiendo a defenderme y a defender a los demás, popu.-Levantó la cabeza, orgullosa de lo que ella había hecho en su vida y en lo que estaba logrando día a día.-Y para tu información, mi elemento es el suiton, no tiro ''bolas de fuego''-Terminó la frase haciendo con los dedos de las manos el símbolo de las comillas, sonriendo al imaginarse a ella misma tirando bolitas de fuego enanas.
Ambos jóvenes siguieron caminando y subiendo escaleras para llegar al dicho museo que se encontraba en lo alto, la kunoichi estaba un poco cansada, no era que no estuviese acostumbrada a subir escaleras o andar durante mucho tiempo seguido, es que esas escaleras eran empinadas y difíciles de subir, y más para su corta estatura, que hacía que sus piernas no alcanzasen bien los peldaños. Ichiró se giró a ella mientras bebía agua.
-No, no vivo aquí, si no sabría perfectamente donde se encuentra el museo, popu.- Explicó la kunoichi.-Estaba de paso, quería distanciarme de mis cosas durante un pequeño tiempo y acabé aquí.-Sonrió, luego aceptó el agua y bebió gustosa, después se la devolvió y agradeció con una pequeña sonrisa.-¿Y tú, qué haces por aquí?
Ambos lograron llegar al museo, donde había guardias y todo estaba decorado con una decoración un tanto diferente a lo normal. ''Es un museo al fin y al cabo''
Hacía frío, y ambos estaban bastante cansados por la caminata que habían realizado, sin embargo Ichiro salió corriendo hacia el museo, y la chica solo logró llevarse una mano a la frente. ''Madre mía, qué hombre este...'' Y así entró en el museo ella también, mirando a los guardias antes de entrar.
El edificio por dentro estaba lleno de armas, todas colocadas de forma fácilmente observables, Eri se quedó mirando muchas con formas casi inimaginables, y lentamente avanzaba mirando los objetos que allí se encontraban.
''¿Dónde estará Ichiro?''
La joven kunoichi empezó a buscar al de cabellos grises por toda la estancia, suspirando cansada, ya lo había perdido.
Eri suspiró por enésima vez en aquel día. -Popu es una coletilla que tengo desde muy pequeña...-Explicó a Ichiro. -Hay personas que viajan por placer... Pero, no sé, nosotros los ninjas solemos proteger y no ser protegidos...- Pensó en su hogar y en un chico en especial, y volvió a suspirar cabizbaja.-Y no soy una enclenque, estoy aprendiendo a defenderme y a defender a los demás, popu.-Levantó la cabeza, orgullosa de lo que ella había hecho en su vida y en lo que estaba logrando día a día.-Y para tu información, mi elemento es el suiton, no tiro ''bolas de fuego''-Terminó la frase haciendo con los dedos de las manos el símbolo de las comillas, sonriendo al imaginarse a ella misma tirando bolitas de fuego enanas.
Ambos jóvenes siguieron caminando y subiendo escaleras para llegar al dicho museo que se encontraba en lo alto, la kunoichi estaba un poco cansada, no era que no estuviese acostumbrada a subir escaleras o andar durante mucho tiempo seguido, es que esas escaleras eran empinadas y difíciles de subir, y más para su corta estatura, que hacía que sus piernas no alcanzasen bien los peldaños. Ichiró se giró a ella mientras bebía agua.
-No, no vivo aquí, si no sabría perfectamente donde se encuentra el museo, popu.- Explicó la kunoichi.-Estaba de paso, quería distanciarme de mis cosas durante un pequeño tiempo y acabé aquí.-Sonrió, luego aceptó el agua y bebió gustosa, después se la devolvió y agradeció con una pequeña sonrisa.-¿Y tú, qué haces por aquí?
Ambos lograron llegar al museo, donde había guardias y todo estaba decorado con una decoración un tanto diferente a lo normal. ''Es un museo al fin y al cabo''
Hacía frío, y ambos estaban bastante cansados por la caminata que habían realizado, sin embargo Ichiro salió corriendo hacia el museo, y la chica solo logró llevarse una mano a la frente. ''Madre mía, qué hombre este...'' Y así entró en el museo ella también, mirando a los guardias antes de entrar.
El edificio por dentro estaba lleno de armas, todas colocadas de forma fácilmente observables, Eri se quedó mirando muchas con formas casi inimaginables, y lentamente avanzaba mirando los objetos que allí se encontraban.
''¿Dónde estará Ichiro?''
La joven kunoichi empezó a buscar al de cabellos grises por toda la estancia, suspirando cansada, ya lo había perdido.