20/07/2015, 14:47
La chica hizo desaparecer su pálida tez en un rojo casi volcánico. Parecía arrepentida de su acción, y mas aún de haber causado tal revuelto. El chico de Uzu sin embargo pareció mas bien pasar un poco de ella, sin darle contestación a su desinteresada enmienda. Entre tanto, el rubio había soltado la gilipollez del cuello, cosa que el chico tomó como una broma... la cual siguió sin animo de lucro.
El Uchiha bromeó, pero tras ello dejó caer de igual manera que el rubio que no tenía ni idea de por dónde se encontraba el museo. El dúo de shinobis pisaban esas tierras por primera vez, no era algo de extrañar que no supiesen la ubicación de el museo. Por contra, la chica pareció indicar con precisión donde se hallaba. Casi al instante, el del colgante le indicó que perfectamente podría acompañarles, casi sonando en reprimenda.
Zuka no era muy de jugar a las cartas, pero de haberlo sido... la cara que se le quedó habría sido para ganar un campeonato de poker. Quedó por un instante en silencio, con la mirada perdida entre ambos. Lentamente llevó su mirada hacia el joven, y alzó una ceja con parsimonia y manteniendo la misma compostura.
— Chico, en serio... tu manera de hablar suena a la de un capo de la mafia... —
Podía haberlo gritado, para que sonase mas alto. Mas claro, eso era imposible de dejar, mas claro ni el agua. Evidentemente ésto podía tener malas consecuencias, pero éste comentario no estaba fuera de lugar. El chico de Uzu no sabía expresarse, o bien procedía de alguna familia adinerada, chunga, y no demasiado buena a vista de la justicia. Mafioso, vamos.
— Menos mal que yo te he caído bien, llevarse bien con las tríadas nunca está de mas... jajajajaja. — Bromeó el rubio.
Evidentemente, tenía que ponerle un poco de humor al asunto... no quería aparecer decapitado en una zanja al día siguiente. Fuere verdad o no la procedencia del de Uzu, mejor prevenir.
Por otro lado, quedaba tan solo seguir a la chica recelosa de su aldea. Al parecer ella estaba mas puesta en esa urbe, y sabía mas o menos donde se hallaba el museo, al menos podría guiarlos hasta allí. Menos da una piedra...
El Uchiha bromeó, pero tras ello dejó caer de igual manera que el rubio que no tenía ni idea de por dónde se encontraba el museo. El dúo de shinobis pisaban esas tierras por primera vez, no era algo de extrañar que no supiesen la ubicación de el museo. Por contra, la chica pareció indicar con precisión donde se hallaba. Casi al instante, el del colgante le indicó que perfectamente podría acompañarles, casi sonando en reprimenda.
Zuka no era muy de jugar a las cartas, pero de haberlo sido... la cara que se le quedó habría sido para ganar un campeonato de poker. Quedó por un instante en silencio, con la mirada perdida entre ambos. Lentamente llevó su mirada hacia el joven, y alzó una ceja con parsimonia y manteniendo la misma compostura.
— Chico, en serio... tu manera de hablar suena a la de un capo de la mafia... —
Podía haberlo gritado, para que sonase mas alto. Mas claro, eso era imposible de dejar, mas claro ni el agua. Evidentemente ésto podía tener malas consecuencias, pero éste comentario no estaba fuera de lugar. El chico de Uzu no sabía expresarse, o bien procedía de alguna familia adinerada, chunga, y no demasiado buena a vista de la justicia. Mafioso, vamos.
— Menos mal que yo te he caído bien, llevarse bien con las tríadas nunca está de mas... jajajajaja. — Bromeó el rubio.
Evidentemente, tenía que ponerle un poco de humor al asunto... no quería aparecer decapitado en una zanja al día siguiente. Fuere verdad o no la procedencia del de Uzu, mejor prevenir.
Por otro lado, quedaba tan solo seguir a la chica recelosa de su aldea. Al parecer ella estaba mas puesta en esa urbe, y sabía mas o menos donde se hallaba el museo, al menos podría guiarlos hasta allí. Menos da una piedra...