20/07/2015, 15:15
La efectividad del chispazo fue evidente, no fue tanta como para retener a los tipos ni por un par de minutos. Sin embargo, había podido comprobar que al menos sí que podía quitarlos de en medio por un breve tiempo. Cinco de éstos tipos corrieron directos hacia el par de chicos, y éstos esperaron pacientes al momento oportuno. El rubio fue mas paciente que Juro, y en el momento que éste los tumbó con una técnica de elemento aire, el Yotsuki calzó la técnica familiar, y se lanzó en una rápida acometida como un rayo. La pregunta del de Uzu llegaba justo en un momento propio.
— Evidentemente no! — Vociferó.
Con la velocidad de un lince, el chico se adentró en el grupo de maleantes, esquivando y fintando a diestro y siniestro, hasta llegar al chico que forcejeaba con la chica. Entró dando una patada, dejando al tipo sin aire en el suelo, tomó el bolso, y agarró a la chica. Le ofreció rápido la espalda, evidentemente mostrando que la única salida era esa.
— Corre, sube a mi espalda! —
Casi sin esperar respuesta, terminó de auparla, y salió desplazándose rápidamente, casi tanto como cuando entró. En ésta ocasión, le dio mas importancia a empujar que a esquivar, era evidente que no iba a poder esquivar o fintar con tanta eficacia llevando consigo a la chica.
Entre empujón y hostia, el chico salió del grupo de maleantes de poca monta. Era imposible combatirlos a todos, pero no había necesidad para ello. Lo importante era lo importante, ayudar a la chica en apuros. Rápidamente el Yotsuki la dejó bajar, una vez estuviese a la vera de Juro. Entre ambos, podrían mantener al grupo alejado lo suficiente como para que la chica escapase. Sin embargo, las cosas no pasaron tal y como el rubio hubiese imaginado.
Frente a ellos, uno de los maleantes enseñaba con descaro que había obtenido lo que buscaban. El bolso de la chica ondeaba colgado de su mano, y una risa insinuante les decía que habían perdido. Para el Yotsuki, el bolso era lo de menos, pero a la chica le cambió al instante el rostro.
— Idiotas! Mi bolso! Tienen mi bolso! — Les gritó al par de genin.
El rubio alzó una ceja, evidentemente indignado a la misma vez. Por otro lado, apenas le dio tiempo a enfadarse, la chica se disponía a recuperar su posesión a las buenas o las malas. Tuvo que centrarse bastante el Yotsuki para poder frenarla. Aún no entendía porqué tanto empeño en ese maldito bolso.
— ¿Te quieres quedar quieta ya? Estas a salvo! ¿¡Qué mas te da ese puto bolso!? —
— Es mi bolso! tengo que recuperarlo! es mio! Joder! lo necesito! —
Su afán en recuperar el bolso llegaba casi a la demencia...
— Juro... ¿qué diablos hacemos? Ésta loca no lo pone fácil... —
El Yotsuki pedía algo de consejo a su compañero, pues él estaba bastante centrado apresando a la victima del robo. Le resultaba difícil pensar en ésta situación, quizás se le escapaba algún detalle.
— Evidentemente no! — Vociferó.
Con la velocidad de un lince, el chico se adentró en el grupo de maleantes, esquivando y fintando a diestro y siniestro, hasta llegar al chico que forcejeaba con la chica. Entró dando una patada, dejando al tipo sin aire en el suelo, tomó el bolso, y agarró a la chica. Le ofreció rápido la espalda, evidentemente mostrando que la única salida era esa.
— Corre, sube a mi espalda! —
Casi sin esperar respuesta, terminó de auparla, y salió desplazándose rápidamente, casi tanto como cuando entró. En ésta ocasión, le dio mas importancia a empujar que a esquivar, era evidente que no iba a poder esquivar o fintar con tanta eficacia llevando consigo a la chica.
Entre empujón y hostia, el chico salió del grupo de maleantes de poca monta. Era imposible combatirlos a todos, pero no había necesidad para ello. Lo importante era lo importante, ayudar a la chica en apuros. Rápidamente el Yotsuki la dejó bajar, una vez estuviese a la vera de Juro. Entre ambos, podrían mantener al grupo alejado lo suficiente como para que la chica escapase. Sin embargo, las cosas no pasaron tal y como el rubio hubiese imaginado.
Frente a ellos, uno de los maleantes enseñaba con descaro que había obtenido lo que buscaban. El bolso de la chica ondeaba colgado de su mano, y una risa insinuante les decía que habían perdido. Para el Yotsuki, el bolso era lo de menos, pero a la chica le cambió al instante el rostro.
— Idiotas! Mi bolso! Tienen mi bolso! — Les gritó al par de genin.
El rubio alzó una ceja, evidentemente indignado a la misma vez. Por otro lado, apenas le dio tiempo a enfadarse, la chica se disponía a recuperar su posesión a las buenas o las malas. Tuvo que centrarse bastante el Yotsuki para poder frenarla. Aún no entendía porqué tanto empeño en ese maldito bolso.
— ¿Te quieres quedar quieta ya? Estas a salvo! ¿¡Qué mas te da ese puto bolso!? —
— Es mi bolso! tengo que recuperarlo! es mio! Joder! lo necesito! —
Su afán en recuperar el bolso llegaba casi a la demencia...
— Juro... ¿qué diablos hacemos? Ésta loca no lo pone fácil... —
El Yotsuki pedía algo de consejo a su compañero, pues él estaba bastante centrado apresando a la victima del robo. Le resultaba difícil pensar en ésta situación, quizás se le escapaba algún detalle.