11/09/2017, 17:30
La respiración de Koko parecía tranquila, inhalaba y exhalaba a un ritmo relajado y su corazón latía a un ritmo apacible. Lo único que podía sugerirle a Eri era que todo estaba bien, nada le pasaría allí, en la seguridad de su habitación, nada saldría tampoco a la luz a no ser que ella así lo desease, la pecosa no abriría la boca, así como no lo haría para Akame. Todo se quedaría allí.
En ese momento, la menor se separó un poco, todavía la pecosa podía rodearla parcialmente con sus brazos pero ahora podía verla claramente a la cara empapada en lágrimas, que con ambas manos le quitaría.
—A todos nos hace falta un abrazo de vez en cuando, ¿no? —Aseguró con una afable sonrisa en el rostro.
No iba a ser ella la que se terminase de separar, podría ser demasiado brusca y la peli-morado se lo podría tomar mal especialmente luego de haberse sensibilizado tanto. En su lugar, la rubia volvió a rodearla con sus anchos brazos para abrazarle nuevamente y acariciarle una vez más la nuca.
—La próxima vez que te vea llorar espero que sea de alegría, y por qué no, en hombros de Noemi.
En ese momento, la menor se separó un poco, todavía la pecosa podía rodearla parcialmente con sus brazos pero ahora podía verla claramente a la cara empapada en lágrimas, que con ambas manos le quitaría.
—A todos nos hace falta un abrazo de vez en cuando, ¿no? —Aseguró con una afable sonrisa en el rostro.
No iba a ser ella la que se terminase de separar, podría ser demasiado brusca y la peli-morado se lo podría tomar mal especialmente luego de haberse sensibilizado tanto. En su lugar, la rubia volvió a rodearla con sus anchos brazos para abrazarle nuevamente y acariciarle una vez más la nuca.
—La próxima vez que te vea llorar espero que sea de alegría, y por qué no, en hombros de Noemi.