12/09/2017, 00:38
—Oh, pues eso lo explica.— En el tiempo que estuvieron en la academia, no había demasiadas personas con aquel rasgo tan distintivo cómo lo eran aquellos ojos blancos del Hyuga. Era lo más normal que pasara desapercibido, de por sí el Senju no le prestaba demasiada atención a los demás de su promoción. —¿Era alguien de nuestra promoción o al menos estuvo en alguna de las clases que compartimos?— Tenía las intenciones de cruzarse de brazos, pero la carga le impedía hacerlo, así que su típica pose de chico malo debería esperar.
Parecía que el encuentro casual iba a terminar pronto, hasta que le Hyuga pidió acompañarlos. Para colmo, observando a ambos cómo si supiera que no podían negarse. "¡Será putazo!" No tenía un mejor adjetivo en esos momentos.
—Claro que-
—¡Sí!— Se le adelantó el hombre con todo su entusiasmo. Sonriendo con su flamante y blanca dentadura y colando sus manos en al cintura. —Desde luego. Ah, por cierto, se me olvidó presentarme. Soy Isa Kagekatsu.— Añadió para luego llevarse la mano a la nuca y prorrumpir con una sonora carcajada.
"...No" Hoy no parecía su día.
—No hay problema. Es más, tengo una idea. Que Kagetsuna te acompañe a buscar el bendito hotel y si no encuentras lugar ahí, puedes venir al nuestro a ver si encuentras alojamiento.
—¿Pero qué dices papá?— Alegó mientras dejaba la boca abierta y la mandíbula torcida.
—Anda hijo.— El hombre tomó las bolsas que el de pelos bicolores llevaba cargando todo este tiempo sin descanso, con una sola mano cómo si no pesaran nada. Y nada le fastidiaba más al pelimorado que saber que su progenitor podía llevarlas él mismo pero prefería dejarle el trabajo pesado pro alguna razón. —Vayan ustedes, yo me llevaré esto. Si no encuentran sitio, pues ya sabes dónde estaremos. Chaiiiiiiiitooooooooo— Hizo un sello con la mano libre y al instante había desaparecido de la vista de ambos.
—Ahhh, pa' que vergas...— Exclamó y acto seguido dió un largo suspiro. —Bueno, ya no tendré que cargarlas... ¿A dónde vamos?— Se volteó hacia el castaño.
Parecía que el encuentro casual iba a terminar pronto, hasta que le Hyuga pidió acompañarlos. Para colmo, observando a ambos cómo si supiera que no podían negarse. "¡Será putazo!" No tenía un mejor adjetivo en esos momentos.
—Claro que-
—¡Sí!— Se le adelantó el hombre con todo su entusiasmo. Sonriendo con su flamante y blanca dentadura y colando sus manos en al cintura. —Desde luego. Ah, por cierto, se me olvidó presentarme. Soy Isa Kagekatsu.— Añadió para luego llevarse la mano a la nuca y prorrumpir con una sonora carcajada.
"...No" Hoy no parecía su día.
—No hay problema. Es más, tengo una idea. Que Kagetsuna te acompañe a buscar el bendito hotel y si no encuentras lugar ahí, puedes venir al nuestro a ver si encuentras alojamiento.
—¿Pero qué dices papá?— Alegó mientras dejaba la boca abierta y la mandíbula torcida.
—Anda hijo.— El hombre tomó las bolsas que el de pelos bicolores llevaba cargando todo este tiempo sin descanso, con una sola mano cómo si no pesaran nada. Y nada le fastidiaba más al pelimorado que saber que su progenitor podía llevarlas él mismo pero prefería dejarle el trabajo pesado pro alguna razón. —Vayan ustedes, yo me llevaré esto. Si no encuentran sitio, pues ya sabes dónde estaremos. Chaiiiiiiiitooooooooo— Hizo un sello con la mano libre y al instante había desaparecido de la vista de ambos.
—Ahhh, pa' que vergas...— Exclamó y acto seguido dió un largo suspiro. —Bueno, ya no tendré que cargarlas... ¿A dónde vamos?— Se volteó hacia el castaño.