21/07/2015, 13:11
Aún con la vena hinchada en la frente, miró a Yoshi enumerar todas las cosas que quería en ese momento y que el hostal podría proporcionar a ambos. Eri miró con cierto resentimiento a la mujer de nombre Haru y suspiró, pero luego abrió los ojos más de lo normal.
''¿Tenía una boca en su palma?''
Eri negó con la cabeza, ahora entendía más cosas. Pero antes de que pudiese seguir pensando la voz de la mujer del mostrador le sacó de su ensimismamiento. Mostrando una sonrisa de dientes muy blancos.
-Bien, diganme sus nombres, me firman aquí...-Dijo entregando a ambos jóvenes una hoja amarilla.-En sus cuartos encontrarán todo lo que necesiten, en unos diez minutos pasará el encargado a recoger sus ropas.-Prosiguió Haru.-El servicio de lavandería...-Explicó haciendo gestos con las manos.-Respecto a la comida, ya que todavía no es la hora de la cena y ya ha pasado mucho del desayuno, ruego que vayan por esa puerta.-Señaló la puerta que estaba al lado de las escaleras.-Encontraréis un buen lugar donde sirven buenos platos, y no lo digo yo, lo dicen los clientes...
Eri... Eri no sabía que cara poner ante la mujer que no paraba de hablar, cogió el papel amarillo que tenía extraños dibujos en las esquinas y miró a Yoshi, confusa. Luego cogió el bolígrafo que la mujer le había facilitado y rellenó el llamativo papel.
-Muchas gracias por contar con nuestros servicios.- La mujer de nombre Haru hizo una pequeña reverencia y les dio dos llaves, una para cada uno.-Espero que tengan una buena estancia.- Y volvió detrás del mostrador.
-Supongo...-Fue lo único que la joven kunoichi pudo articular y cogió las llaves. -¿Vamos, hermano?-Preguntó cambiando completamente su semblante, sonriendo feliz. -Gracias Haru.
''A ver si ahora si que podemos descansar bien.''
''¿Tenía una boca en su palma?''
Eri negó con la cabeza, ahora entendía más cosas. Pero antes de que pudiese seguir pensando la voz de la mujer del mostrador le sacó de su ensimismamiento. Mostrando una sonrisa de dientes muy blancos.
-Bien, diganme sus nombres, me firman aquí...-Dijo entregando a ambos jóvenes una hoja amarilla.-En sus cuartos encontrarán todo lo que necesiten, en unos diez minutos pasará el encargado a recoger sus ropas.-Prosiguió Haru.-El servicio de lavandería...-Explicó haciendo gestos con las manos.-Respecto a la comida, ya que todavía no es la hora de la cena y ya ha pasado mucho del desayuno, ruego que vayan por esa puerta.-Señaló la puerta que estaba al lado de las escaleras.-Encontraréis un buen lugar donde sirven buenos platos, y no lo digo yo, lo dicen los clientes...
Eri... Eri no sabía que cara poner ante la mujer que no paraba de hablar, cogió el papel amarillo que tenía extraños dibujos en las esquinas y miró a Yoshi, confusa. Luego cogió el bolígrafo que la mujer le había facilitado y rellenó el llamativo papel.
-Muchas gracias por contar con nuestros servicios.- La mujer de nombre Haru hizo una pequeña reverencia y les dio dos llaves, una para cada uno.-Espero que tengan una buena estancia.- Y volvió detrás del mostrador.
-Supongo...-Fue lo único que la joven kunoichi pudo articular y cogió las llaves. -¿Vamos, hermano?-Preguntó cambiando completamente su semblante, sonriendo feliz. -Gracias Haru.
''A ver si ahora si que podemos descansar bien.''