12/09/2017, 17:02
—Shanise-senpai... ¡Lo siento...! ¡Fue culpa mía! Yo... ¡Me dejé engañar y...! Y...
La única forma que encontró Mogura para no conmoverse por la forma en la que hablaba la muchacha era concentrándose en sus heridas, sanarlas tan rápido y de la mejor manera que fuese posible.
Marun... ¡¿Dónde está Marun?!
Súbitamente la ANBU se lanzó sobre la kunoichi para abrazarla. Las manos de Mogura se detendrían un par de segundos que serían los que llevaría su mirada a la fémina, entonces seguiría con su trabajo.
—Ha escapado, Ayame. Pero has conseguido defenderte de él, como te dije. Buen trabajo. Y ahora, por favor... Calma... Calma.
La ANBU hizo su mejor intento por tranquilizar a la joven kunoichi, y quizás por tranquilarse ella misma. En un momento terminó soltando a Ayame y dirigió su mirada hacia Mogura para responder a su pregunta.
—Un miembro de los Kajitsu Hōzuki. Son un grupo de renegados infiltrados en la aldea, supremacistas del clan. Seguro que os encontráis a algún grupo así a lo largo de vuestra vida. No son extraños. Los ha habido de todos ellos: los Uchiha, los Hōzuki, los Hyuuga... Llevan detrás de Ayame desde que era una niña. De algún modo, se enteraron de que era la jinchuuriki. Y claro, ellos no podían soportar la idea de que un Hōzuki fuese el jinchuuriki y no estuviese de su parte.
Yui es Hōzuki. Yo misma soy Hōzuki. Pero esos idiotas no se conforman. Porque no compartimos la misma visión que ellos. Para ellos, los miembros de nuestro clan son mejores que los demás shinobi. Y probablemente lo que harían con el bijuu sería convertir eso en un status de dominancia: ocupar la aldea, y someter a los demás ninja bajo su mandato.
Mientras escuchaba con atención las palabras de Shanise, seguía trabajando en las quemaduras de la jinchuriki, aun así asentía a lo que decía su superior con un gesto leve de la cabeza. El nombre de aquel sujeto era Hōzuki Marun, miembro de un grupo de renegados supremacistas cuyo objetivo era capturar a Ayame, su principal motivación sería el hecho de que fuese la jinchuuriki del Gobi.
Ocupar la aldea involucraría enfrentamientos, con gente de su propio clan y de su propia aldea. Se volvería un golpe de estado, o peor, una guerra civil.
Dedujo en voz alta, con un tono bastante serio, para los presentes. Probablemente Shanise y los demás consejeros habrían pensado en eso hacía mucho tiempo.
Hōzuki Marun, nos estuvo siguiendo, ¿no es así?
Sería loco pensar que el muchacho esperaría en aquel lugar hasta que el grupo apareciera de casualidad.
La única forma que encontró Mogura para no conmoverse por la forma en la que hablaba la muchacha era concentrándose en sus heridas, sanarlas tan rápido y de la mejor manera que fuese posible.
Marun... ¡¿Dónde está Marun?!
Súbitamente la ANBU se lanzó sobre la kunoichi para abrazarla. Las manos de Mogura se detendrían un par de segundos que serían los que llevaría su mirada a la fémina, entonces seguiría con su trabajo.
—Ha escapado, Ayame. Pero has conseguido defenderte de él, como te dije. Buen trabajo. Y ahora, por favor... Calma... Calma.
La ANBU hizo su mejor intento por tranquilizar a la joven kunoichi, y quizás por tranquilarse ella misma. En un momento terminó soltando a Ayame y dirigió su mirada hacia Mogura para responder a su pregunta.
—Un miembro de los Kajitsu Hōzuki. Son un grupo de renegados infiltrados en la aldea, supremacistas del clan. Seguro que os encontráis a algún grupo así a lo largo de vuestra vida. No son extraños. Los ha habido de todos ellos: los Uchiha, los Hōzuki, los Hyuuga... Llevan detrás de Ayame desde que era una niña. De algún modo, se enteraron de que era la jinchuuriki. Y claro, ellos no podían soportar la idea de que un Hōzuki fuese el jinchuuriki y no estuviese de su parte.
Yui es Hōzuki. Yo misma soy Hōzuki. Pero esos idiotas no se conforman. Porque no compartimos la misma visión que ellos. Para ellos, los miembros de nuestro clan son mejores que los demás shinobi. Y probablemente lo que harían con el bijuu sería convertir eso en un status de dominancia: ocupar la aldea, y someter a los demás ninja bajo su mandato.
Mientras escuchaba con atención las palabras de Shanise, seguía trabajando en las quemaduras de la jinchuriki, aun así asentía a lo que decía su superior con un gesto leve de la cabeza. El nombre de aquel sujeto era Hōzuki Marun, miembro de un grupo de renegados supremacistas cuyo objetivo era capturar a Ayame, su principal motivación sería el hecho de que fuese la jinchuuriki del Gobi.
Ocupar la aldea involucraría enfrentamientos, con gente de su propio clan y de su propia aldea. Se volvería un golpe de estado, o peor, una guerra civil.
Dedujo en voz alta, con un tono bastante serio, para los presentes. Probablemente Shanise y los demás consejeros habrían pensado en eso hacía mucho tiempo.
Hōzuki Marun, nos estuvo siguiendo, ¿no es así?
Sería loco pensar que el muchacho esperaría en aquel lugar hasta que el grupo apareciera de casualidad.
Hablo - Pienso