12/09/2017, 19:12
—¿De qué habláis?
Por un momento, se le paró el corazón, temiéndose lo peor, y se apartó la mano de la cara para observar a Zoku. ¿Acaso no volverían nunca a casa? ¿Acaso Zoku les mantendría encerrados, permitiéndoles salir solo cuando necesitase enseñar sus poderes, como si fuesen animales de feria? Al Uzumaki, Datsue estaba convencido de ello, no le temblaría el pulso de tener que hacerlo. Por suerte…
—Ya estamos en casa.
Al Uchiha se le formó una sonrisa en el rostro de forma inconsciente. Reconoció en seguida, cuando la luz del sol dejó de cegarle, su Villa. Los vivos colores rojos, marrones y azules que inundaban las tejas de la mayoría de los edificios. Los arcos torii, también rojos, que adornaban las principales calles. Los cerezos… con la hoja seca, pero más bonitos que nunca a su vista. Nunca se había considerado alguien muy patriótico, pero el solo conocimiento de que estaban en casa le transmitió calma y seguridad. Y se sintió nostálgico.
Zoku les aseguró que ya habían pasado por lo más difícil. El sello había reaccionado bien, y pese a que todavía tenía que comprobar como soportaban la primera noche tras el despertar, estaban a salvo. Estaban en casa. Les ofreció que saliesen a tomar algo. El Uchiha lo vio como una oportunidad de escapar —no literalmente—, de despejar la mente de toda la mierda que les habían echado encima. Asintió con gusto, y, con más fortaleza por parte de su mente que de su debilitado cuerpo, se quitó las sábanas de encima.
Cuando se incorporó en la cama sintió un ligero mareo. Puntitos de luz surgieron aquí y allá, y se le oscureció la vista. Tuvo que tomarse unos segundos para calmarse, respirar hondo y levantarse.
Fue entonces cuando lo vio: la capa blanca con el sombrero. Había visto centenares de veces aquel sombrero en una persona. Apenas una en otra. Y un par en una tercera. Era imposible que no lo reconociese.
—A sus órdenes, Uzukage-sama —dijo, inclinando la cabeza, cuando les advirtió que no contasen su secreto a nadie. Luego miró a Akame e hizo un gesto con la cabeza, como queriendo decir: “vamos”.
Por un momento, se le paró el corazón, temiéndose lo peor, y se apartó la mano de la cara para observar a Zoku. ¿Acaso no volverían nunca a casa? ¿Acaso Zoku les mantendría encerrados, permitiéndoles salir solo cuando necesitase enseñar sus poderes, como si fuesen animales de feria? Al Uzumaki, Datsue estaba convencido de ello, no le temblaría el pulso de tener que hacerlo. Por suerte…
—Ya estamos en casa.
Al Uchiha se le formó una sonrisa en el rostro de forma inconsciente. Reconoció en seguida, cuando la luz del sol dejó de cegarle, su Villa. Los vivos colores rojos, marrones y azules que inundaban las tejas de la mayoría de los edificios. Los arcos torii, también rojos, que adornaban las principales calles. Los cerezos… con la hoja seca, pero más bonitos que nunca a su vista. Nunca se había considerado alguien muy patriótico, pero el solo conocimiento de que estaban en casa le transmitió calma y seguridad. Y se sintió nostálgico.
Zoku les aseguró que ya habían pasado por lo más difícil. El sello había reaccionado bien, y pese a que todavía tenía que comprobar como soportaban la primera noche tras el despertar, estaban a salvo. Estaban en casa. Les ofreció que saliesen a tomar algo. El Uchiha lo vio como una oportunidad de escapar —no literalmente—, de despejar la mente de toda la mierda que les habían echado encima. Asintió con gusto, y, con más fortaleza por parte de su mente que de su debilitado cuerpo, se quitó las sábanas de encima.
Cuando se incorporó en la cama sintió un ligero mareo. Puntitos de luz surgieron aquí y allá, y se le oscureció la vista. Tuvo que tomarse unos segundos para calmarse, respirar hondo y levantarse.
Fue entonces cuando lo vio: la capa blanca con el sombrero. Había visto centenares de veces aquel sombrero en una persona. Apenas una en otra. Y un par en una tercera. Era imposible que no lo reconociese.
—A sus órdenes, Uzukage-sama —dijo, inclinando la cabeza, cuando les advirtió que no contasen su secreto a nadie. Luego miró a Akame e hizo un gesto con la cabeza, como queriendo decir: “vamos”.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado