15/09/2017, 15:20
Datsue retrocedió —arrastrándose, porque todavía estaba en el suelo— cuando el borracho avanzó hacia él. Se sintió amenazado, asustado, en peligro… ¿Qué demonios había sucedido en la Villa en esos tres días, para que su vida se viese amenazada por un compatriota por solo… haber escuchado lo que no debía?
La sombra de una guillotina se cernía sobre él. Una sombra que se vio diluida cuando el otro shinobi intervino, convenciendo al borracho para que se fuese. Datsue devolvió la reverencia del otro con una inclinación de cabeza —estando en el suelo, poca reverencia podía hacer—, y, tras tragar saliva, ahora más tranquilo, se levantó.
Pero la calma fue falsa y corta. Un simple espejismo.
Cuando el shinobi, supuesto amigo y camarada de Chae, llegó junto al susodicho, extrajo un kunai del portaobjetos y… le atacó como una víbora. Tan solo le hizo falta un picotazo, una mordedura simple y certera por la espalda, para inyectarle todo su veneno. El veneno del deber… El veneno de la supervivencia.
Los ojos oscuros de Datsue se tiñeron por el sharingan de tres aspas por puro acto reflejo. Atónito, balbuceó unas palabras inconexas y sin sentido, mientras observaba con los ojos muy abiertos y labios temblorosos el charco de sangre que se formaba bajo el cuerpo de Chae. Lo había…
… matado. Allí, a plena luz del día, en medio de la Villa.
—Adaptarse o morir —dijo el shinobi, encogiéndose de hombros. Aquella tranquilidad, aquella parsimonia con la que actuaba tras asesinar a su amigo no hacía sino ponerle todavía más los pelos de punta.
El Uchiha asentía ante cada palabra que decía, con la boca entreabierta y el corazón encogido en un puño. No sabía qué decir. No sabía cómo actuar.
—A-así haremos —balbuceó finalmente, obligándose a hablar. Yotsuki Raimyogan acababa de decirles que se fuesen. No necesitó decírselo dos veces. De hecho, Datsue tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no salir corriendo, con sunshin incluido—. P-pues entonces… ya nos vamos. Sí… —realizó una nueva reverencia, estaba vez bien hecha y cargada de respeto, y retrocedió, tirando de la manga de Akame. Sin embargo, no dio la espalda al Yotsuki. Hubiese sido una temeridad, viendo lo que le había hecho a su compañero.
La sombra de una guillotina se cernía sobre él. Una sombra que se vio diluida cuando el otro shinobi intervino, convenciendo al borracho para que se fuese. Datsue devolvió la reverencia del otro con una inclinación de cabeza —estando en el suelo, poca reverencia podía hacer—, y, tras tragar saliva, ahora más tranquilo, se levantó.
Pero la calma fue falsa y corta. Un simple espejismo.
Cuando el shinobi, supuesto amigo y camarada de Chae, llegó junto al susodicho, extrajo un kunai del portaobjetos y… le atacó como una víbora. Tan solo le hizo falta un picotazo, una mordedura simple y certera por la espalda, para inyectarle todo su veneno. El veneno del deber… El veneno de la supervivencia.
Los ojos oscuros de Datsue se tiñeron por el sharingan de tres aspas por puro acto reflejo. Atónito, balbuceó unas palabras inconexas y sin sentido, mientras observaba con los ojos muy abiertos y labios temblorosos el charco de sangre que se formaba bajo el cuerpo de Chae. Lo había…
… matado. Allí, a plena luz del día, en medio de la Villa.
—Adaptarse o morir —dijo el shinobi, encogiéndose de hombros. Aquella tranquilidad, aquella parsimonia con la que actuaba tras asesinar a su amigo no hacía sino ponerle todavía más los pelos de punta.
El Uchiha asentía ante cada palabra que decía, con la boca entreabierta y el corazón encogido en un puño. No sabía qué decir. No sabía cómo actuar.
—A-así haremos —balbuceó finalmente, obligándose a hablar. Yotsuki Raimyogan acababa de decirles que se fuesen. No necesitó decírselo dos veces. De hecho, Datsue tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no salir corriendo, con sunshin incluido—. P-pues entonces… ya nos vamos. Sí… —realizó una nueva reverencia, estaba vez bien hecha y cargada de respeto, y retrocedió, tirando de la manga de Akame. Sin embargo, no dio la espalda al Yotsuki. Hubiese sido una temeridad, viendo lo que le había hecho a su compañero.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado