16/09/2017, 02:01
—Arsh... No era necesario que lo recalcaras.— Dijo claramente molesto el Senju, mientras estiraba los brazos. Poco más y se le entumecían por la fatiga. Conocía de sobra a su padre. —Ahí, alegrón cómo lo ves, no dudaría en meterme una patada en las pelotas y sin cambiar su cara de yo no fui.— Afirmó mientras volteaba a ver a los lados, cerciorándose de que de verdad se hubiese ido y no estuviera escuchándolo, o quizás de verdad le daría el puntapié. Al final, suspiró pesadamente y emprendió la marcha junto a Hazegawa.
—Yo no lo creo así, puede ser que sea más barato o más caro. Casi todo está lleno por el montón de gente que ha venido a espectar el torneo.— Respondía ante el Hyuga que se distraía con la guía de turismo. Parecía una caminata normal, hasta que el ojiblanco le preguntó sobre su vida. —Uhg.— Volteó la cara un momento, pues pese a ser una pregunta extremadamente normal en situaciones dónde no has visto a nadie por mucho tiempo, era muy renuente a contar al respecto, más con la delicada situación por la que atravesaba.
"Verga, no tengo ningún buen pretexto, supongo que tendré que hablar."
Suspiró, escuchando cuando el castaño buscaba indagar aún más respecto al dojo, ante lo cual el tuerto mostraba un claro semblante de incomodidad con las preguntas.
—Supongo que puedo responderte ambas dudas en una sola explicación.— No lo dijo con tono agresivo, sino con un tono difícil de interpretar, pero demostrando que no le era grato hablar al respecto. —Pues, mi abuela falleció a inicios del verano. Ella era la que se encargaba de nuestro dojo dentro de Amegakure, sin embargo... Uhhh, ni yo ni mi familia la habíamos pasado muy bien desde entonces. Mi papá debía encargarse de sus misiones y yo de cuidar a mi hermana, obviamente el dojo cerró por eso y si, tengo una hermana. ¡No se te ocurra preguntar si es bonita! Uhhh, sólo añadiré que me había alejado también de mis labores ninja por lo mismo. ¿Contento?— Se le era difícil tocar el tema, en el fondo aún estaba fectado, pero trataba de fingir ser el tipo duro de siempre aunque aún tuviera esos sentimientos atiborrándole.
—Yo no lo creo así, puede ser que sea más barato o más caro. Casi todo está lleno por el montón de gente que ha venido a espectar el torneo.— Respondía ante el Hyuga que se distraía con la guía de turismo. Parecía una caminata normal, hasta que el ojiblanco le preguntó sobre su vida. —Uhg.— Volteó la cara un momento, pues pese a ser una pregunta extremadamente normal en situaciones dónde no has visto a nadie por mucho tiempo, era muy renuente a contar al respecto, más con la delicada situación por la que atravesaba.
"Verga, no tengo ningún buen pretexto, supongo que tendré que hablar."
Suspiró, escuchando cuando el castaño buscaba indagar aún más respecto al dojo, ante lo cual el tuerto mostraba un claro semblante de incomodidad con las preguntas.
—Supongo que puedo responderte ambas dudas en una sola explicación.— No lo dijo con tono agresivo, sino con un tono difícil de interpretar, pero demostrando que no le era grato hablar al respecto. —Pues, mi abuela falleció a inicios del verano. Ella era la que se encargaba de nuestro dojo dentro de Amegakure, sin embargo... Uhhh, ni yo ni mi familia la habíamos pasado muy bien desde entonces. Mi papá debía encargarse de sus misiones y yo de cuidar a mi hermana, obviamente el dojo cerró por eso y si, tengo una hermana. ¡No se te ocurra preguntar si es bonita! Uhhh, sólo añadiré que me había alejado también de mis labores ninja por lo mismo. ¿Contento?— Se le era difícil tocar el tema, en el fondo aún estaba fectado, pero trataba de fingir ser el tipo duro de siempre aunque aún tuviera esos sentimientos atiborrándole.