Limando asperezas

[Uchiha Datsue]

A Datsue no le pasó desapercibido cómo le cambió la cara a Koko cuando éste mencionó cierta comida de feria, y menos desapercibido le pasaron todavía los generosos pechos que se aplastaron contra el suyo cuando intentó incorporarse, pensando que ella iba a apartarse. Sintió que un ligero rubor ascendía a sus mejillas, y balbuceó unas palabras de perdón cuando chocó, sin querer, contra la frente de ella.

Pero la anécdota quedó ahí, y Koko, una vez procesada la nueva información, le preguntó cómo podía confiar en él, después de haberle mentido nada más entrar. Aquella acción, sin duda, no había sido de las más inteligentes de Datsue. Ni muchísimo menos.

—Supongo que… no puedes —dijo, tras meditarlo durante unos instantes. Nada de lo que pudiese decir o hacer en aquel momento cambiaría eso. Era una batalla perdida, y el Uchiha no solía librar combates perdidos de antemano… sino que, más bien, se intentaba aprovechar de ellos—. Pero tampoco tienes otra opción, ¿no? Es confiar en mí o… ver como la revista se vende en cada quiosco de la Aldea. Quizá se venda igualmente, pero al menos conmigo puedes tener la esperanza de evitarlo —ni paños calientes, ni exageraciones, ni palabras grandilocuentes. Datsue estaba en aquella situación por tanto mentir. Por una vez, tenía que probar a ser honesto. O, al menos, todo lo honesto que Uchiha Datsue podía ser.