16/09/2017, 04:14
Y aquí vino el argumento que en teoría debía de convencer a la pecosa de acceder a lo que él decía, lo que la haría hablar primera y dejarle ir por libre pero…
La joven permanecía inalterable junto a su expresión.
—¿Cómo sé que no me mentiste con lo del Hozuki? —Respondió severa.
Todo llevaba exactamente al mismo lugar, al punto de partida, la mentira con la que se presentó ante ella.
La joven permanecía inalterable junto a su expresión.
—¿Cómo sé que no me mentiste con lo del Hozuki? —Respondió severa.
Todo llevaba exactamente al mismo lugar, al punto de partida, la mentira con la que se presentó ante ella.