16/09/2017, 05:15
—Bah, descuida. Normal en tí.— Y sí, eso lo dijo con toda la intención de insultarlo más que de reconfortarlo por su actuar. Y ni una buena, que al final el otro muchacho seguía con sus intereses. —Oeh, no empecemos, ¿quieres? Pero mira que te conozco, eh. Que en la academia también te hiciste fama solito por andar de coqueto, no era secreto lo de tu novia. Así que mejor, cuidadito.— No tenía ganas de amenazarlo de forma más directa, pero tampoco le iba a soltar más información sobre Hangaku.
Siguieron el camino que decía el de ojos blancos, el cuál sintió bastante largo y tedioso, más de lo normal en sus actividades. Recién caía en cuenta de lo grande que resultaba la ciudad, igual de ajetreada que él mismísimo distrito comercial de su natal aldea oculta.
Cuando por fin llegaron al lugar marcado, el Hyuga se vanaglorió por su don para las obviedades, pero eso pasó a segundo plano debido al ambiente general del hotel, en el cual se podía percibir ambición, deseo y ostentosidad.
—Joder.— Claramente supo que ese no era el tipo de lugar para alguien de su edad. —Oeh, este sitio parece bastante lujosito. ¿Seguro que es aquí? Porque tiene toda la planta de que alquilar aquí es más elevado que el puto salario de las misiones que hacemos.— Tenía problemas. Desde el inicio había rogado que fuera un lugar sencillo dónde pudiera despachar al Hyuga y librarse del posible tomento de terminar llevándolo al otro hotel dónde se hospedaba. Pero, al ver el sitio, dudaba muchísimo que el coste fuera menor y que por ende su plan estuviera destinado a fallar. —Fuff, ¿y a pus de hay?
Siguieron el camino que decía el de ojos blancos, el cuál sintió bastante largo y tedioso, más de lo normal en sus actividades. Recién caía en cuenta de lo grande que resultaba la ciudad, igual de ajetreada que él mismísimo distrito comercial de su natal aldea oculta.
Cuando por fin llegaron al lugar marcado, el Hyuga se vanaglorió por su don para las obviedades, pero eso pasó a segundo plano debido al ambiente general del hotel, en el cual se podía percibir ambición, deseo y ostentosidad.
—Joder.— Claramente supo que ese no era el tipo de lugar para alguien de su edad. —Oeh, este sitio parece bastante lujosito. ¿Seguro que es aquí? Porque tiene toda la planta de que alquilar aquí es más elevado que el puto salario de las misiones que hacemos.— Tenía problemas. Desde el inicio había rogado que fuera un lugar sencillo dónde pudiera despachar al Hyuga y librarse del posible tomento de terminar llevándolo al otro hotel dónde se hospedaba. Pero, al ver el sitio, dudaba muchísimo que el coste fuera menor y que por ende su plan estuviera destinado a fallar. —Fuff, ¿y a pus de hay?