17/09/2017, 17:37
—Pero Ayame, no es necesario que te sientes en el suelo. Tengo algunos recursos si tenemos que acampar a la intemperie.
Las palabras de la ANBU parecían cargadas de una energía de la cual en ese momento el par de genin carecían. Lejos de tener el ánimo cansado, la fémina parecía contenta.
—¿Recursos...?
La mirada del joven médico se posó en Ayame por un par de segundos para luego retornar a Shanise, quien se había quitado la mochila, seguidamente la apoyó en la hierba y sacó de ella un pergamino bastante grueso.
—Por favor, apartaos
Comenzó a dar pasos hacía atrás sin dejar de ver a la mujer realizar unos sellos y seguidamente apoyar su mano sobre el pergamino, entonces tomaría su mochila y... se daría a la fuga.
«Hmm...»
Ese gesto fue razón suficiente para que él se girara y atinara a correr, pero claro que no tuvo tiempo para escapar y fue empujado al piso como las otras dos.
«¡No no no...!»
Ah...
La capa de viaje quedaría pintada en su totalidad con barro, estaba mojada ya y la verdad que hubiese preferido tirarla a la basura que mandarla a limpiar. Al menos había tenido un poco más de suerte que su compañera, quien había terminado con la cara en el barro.
—Egh...
Shanise por su parte reía como si hubiese contado la mejor broma del mundo, el joven médico levantó la mirada en su dirección y fue entonces que pudo ver la tienda de campaña donde antes había un pergamino. No estaba del todo de que significaba aquello, pero no podía ser malo si la líder del grupo estaba tan contenta. Mogura se sentó un momento en el piso y sin hacer mucho esfuerzo por ocultar una ligera sonrisa delineada en su rostro, se llevó una mano a la cabeza para arreglarse el cabello por debajo de la capa.
—Pe... pe... pe...
Ayame estaba estupefacta. No entendía nada. Mogura tampoco pero trataba de disimularlo lo mejor posible.
—¡Os presento mi Técnica de Campamento Portátil! ¿A que es genial?
Comentaría orgullosa la Hōzuki para luego arreglarse un poco y meterse dentro, a los pocos segundos se asomaría y diría unas nuevas palabras.
¡Venga, pasad! Aquí dentro se está calentito.
Desde que había comenzado la misión, Mogura no había dejado de ver cosas interesantes que solo el Fuuinjutsu podía lograr.
«Pero esto... ¿Esta es la diferencia de poder entre un genin y un ANBU...?»
Aquella cosa superaba con creces la cena sellada del otro día. Se reincorporó y se dispuso a ingresar en la tienda, fue entonces que la jinchuuriki se acercó a él con una mirada un tanto particular.
—Oye, ¿no te parece que Shanise-senpai está un poco... rara? ¿Crees que el veneno le habrá afectado al cerebro o algo así?
El planteamiento de Ayame no parecía muy disparatado, claro que asumir que el veneno le había trastocado el cerebro era un poco exagerado.
Creo que decir que el veneno afectó sus funciones cerebrales es un poco exagerado. Pero ciertamente estamos viendo un lado de Shanise-san que no habíamos visto hasta ahora...
Contestaría inclinándose ligeramente para hacerse al oído de la kunoichi y hablar por lo bajo.
La técnica de Shanise sin duda alguna era más sorprendente por dentro que por fuera, podía decir con seguridad que el nivel de confort que podía tenerse dentro de ese lugar superaba con un amplio margen a las comodidades que podía brindar el palacio del señor feudal, media docena de camas dispuestas en hileras, cuatro sillones, estanterías con infinidad de libros, pero lo que sin duda alguna había captado su atención fue la hoguera, encendida.
«No podía esperarse menos de la consejera de la Arashikage...»
Pensó asintiendo levemente varias veces con los ojos cerrados, sonriendo por dentro. Realmente estaba maravillado por los alcances que tenía el poder del Fuuinjutsu de Shanise.
—Pensé que en el Palacio estaríamos más seguros
Dijo la ANBU, se encogió de hombros y después agregó:
Pero debimos hospedarnos aquí desde el principio. Lo único que pasa es que tendremos que hacer guardias para vigilar.
Tenía sentido que hubiese querido optar por pasar la noche en el palacio, solo ahí habrían sido capaces de pasar la noche de manera cómoda, en medio de una misión de rango S. Lo que se ofrecía en ese momento era lo más favorable que podrían haber esperado desde el principio. Con eso en mente, el joven médico asintió con un gesto de la cabeza.
—Bueno, sentaos en los sillones. Tenemos que hablar de algo.
Antes de poder hacer eso, el muchacho se desharía de la capa de viaje, dejándola en algún lugar apropiado. Su sobretodo habría cumplido tan bien como pudo su trabajo, pero de igual manera tuvo que quitárselo, de cualquier manera no le era necesario en el interior de ese lugar. Solo entonces tomaría asiento, la sensación de comodidad que podía sentirse en esos sillones era comparable con los muebles de calidad que solo los mas pudientes tenían el lujo de darse. Sintió realmente la necesidad de hacer un esfuerzo por no ponerse cómodo de verdad en ese asiento.
—Hemos cometido un grave error. Somos compañeros de equipo, pero no nos hemos contado lo que sabemos hacer.
Las palabras de la ANBU le mantenían alejado de la idea de caer dormido. Quizás porque no estaba tan cansado como su joven compañera podía concentrarse en lo que la mujer tenía para decir.
Quiero decir, lo que de verdad sabemos hacer, al detalle. Puede que hasta ahora no hayamos necesitado coordinarnos, pero lo más probable es que nos encontremos al enemigo allí, en la Ciudad Fantasma. Y ya no podemos pedir ayuda a las otras aldeas, de modo que... Ayame, tú primero. Cuéntanos cosas sobre ti. Cosas que podrían ser útiles, como alguna técnica especial o algo. Tenéis que acostumbraros a hacer esto cuando seáis un equipo... Luego, irá Mogura. Y finalmente, yo os contaré algo.
»Y luego, os dejaré dormir unas dos horas mientras yo monto guardia. Vosotros montaréis guardia después mientras yo descanso... ¿Entendido?
—Entendido, Shanise-senpai
Dijo la kunoichi asintiendo.
Entendido, Shanise-san.
Diría el joven médico asintiendo también. Entonces, la jinchuuriki se prepararía, acomodando su postura un poco y tomándose un par de segundos para juntar sus palabras.
Como miembro del clan Hōzuki, soy capaz de convertir mi cuerpo en agua, y viceversa.
Sus ojos pudieron apreciar entonces la demostración de la técnica insignia del clan, el Suika no jutsu.
Gracias a esto puedo reducir el daño de la mayoría de los impactos entre otras utilidades que me confiere el poder transformarme en agua, pero en contraparte los ataques con electricidad me hacen más daño que al resto de personas. Por supuesto, mi naturaleza de chakra es el Suiton. Aparte del manejo del agua, también estoy entrenada en el uso de las ilusiones con el Genjutsu. Puedo disiparlas y realizar un par de técnicas ilusorias. También he diseñado algunas técnicas con el poder de mi voz: puedo gritar para expulsar al otro y aturdirlo momentáneamente, o engañar sus sentidos para que crea que me escucha desde otra dirección. Y... por último...
Su mirada se volvió un poco más profunda, puntualmente para con el médico. Quien la estaría mirando y escuchando con atención.
—Sé que es nuestro deber proteger a la Jinchūriki, y todo eso. Pero, si resultara herida, yo no debería ser vuestra máxima prioridad. Uno, como ya he dicho, puedo neutralizar daños con mi Suika no Jutsu. Dos, desde que tengo uso de razón, y por algún tipo de explicación que se me escapa, cualquier herida que reciba cicatriza de forma muchísimo más rápido de lo normal. Y tres... aunque no soy tan eficiente como tú, Mogura, soy capaz de restaurar daños propios utilizando el agua del ambiente. Y, para nuestra suerte, estamos en un lugar donde siempre llueve.
Entonces, les regaló una sonrisa.
—Lo importante es el hilo, así que si debéis dejarme atrás para protegerlo, hacedlo sin miedo. Ya me las apañaré yo sola, como ya habéis visto resulta difícil herirme.
»Y... creo que eso es todo.
Mogura levantó la mirada un momento y cerró los ojos para tomar un aire. Seguidamente llevaría sus manos hasta un costado y tomaría su portaobjetos. Era su turno de comentar lo que sabía hacer.
Como ya saben, soy un shinobi médico. Pero además he dedicado tiempo a estudiar un poco de Fūinjutsu, mi naturaleza de chakra es Fūton.
Comenzó diciendo mientras abría su portaobjetos y dejaba a la vista el contenido. Un montón de frascos de variados tamaños y colores, además de un pergamino. Quizás a Ayame le llamaría la atención que no había un solo shuriken o kunai en su interior.
Además de mi kit médico cuento con una amplia variedad de venenos, un potente veneno que causa nauseas, tos y otras sensaciones para nada agradables; una picazón insoportable; parálisis temporal; ceguera por irritación en los ojos y dificultad para respirar; y con este se puede dormir una persona en segundos.
Comentaba mientras señalaba uno a uno los pequeños frascos.
Mi control de chakra es bastante preciso, es necesario que sea así. Esto ha permitido dominar una técnica que hace que mis golpes puedan rivalizar con los de un maestro del Taijutsu.
Se tuvo que reservar la demostración del Ōkashō.
Otra habilidad que tengo dominada me permite traspasar mi chakra a otra persona, será útil en caso de que alguien precise retirarse un momento y recargar energía. Ya han podido apreciar mi Shōsen no Jutsu, la técnica con la que traté las heridas de Aotsuki-san, la técnica que utilice para extraer la toxina del cuerpo de Shanise-san y finalmente cuento con una técnica que me permite usar cualquiera de esos venenos y formar una gran nube gaseosa que podría envenenar múltiples objetivos.
Por otro lado, mis habilidades con Fūinjutsu aún son un poco básicas. Pero puedo realizar inscripciones en cualquier lugar, sellar algunas cosas en pergaminos, como la comida del otro día, cancelar o descontrolar invocaciones, y lo más avanzado que puedo hacer hasta ahora es extraer chakra de una persona inconsciente.
Tomó nuevamente un pequeño respiro. Entonces miró a la joven jinchuuriki.
Mis habilidades claramente no están orientadas al combate, Aotsuki-san. Ahora que no contamos con la posibilidad de recibir apoyo por parte de las otras aldeas, confío en que nuestras habilidades en conjunto serán suficientes para cuidar la espalda de nuestra superior.
Diría con un tono calmado para luego delinear una ligera sonrisa en su rostro.
¡Aunque seguro eso no será necesario...! ¡Seguramente Shanise-san cuenta con un repertorio bastante amplio, con todo tipo de Fūinjutsu...!
Agregaría con un tono un tanto jocoso, sintiendo un poco de curiosidad por saber más sobre las habilidades de la ANBU.
¡Ah...! ¿Estaría bien si tomo el primer turno de guardia? Pude descansar más en el palacio así que no me molestaría estar un par de horas más despierto, además... será difícil despertarme para hacer un relevo en la guardia...
No pudo hacer ligeramente la mirada a un lado cuando mencionó aquello último, pero lo cierto era que una vez que dormía, le costaba muchísimo despertarse.
Las palabras de la ANBU parecían cargadas de una energía de la cual en ese momento el par de genin carecían. Lejos de tener el ánimo cansado, la fémina parecía contenta.
—¿Recursos...?
La mirada del joven médico se posó en Ayame por un par de segundos para luego retornar a Shanise, quien se había quitado la mochila, seguidamente la apoyó en la hierba y sacó de ella un pergamino bastante grueso.
—Por favor, apartaos
Comenzó a dar pasos hacía atrás sin dejar de ver a la mujer realizar unos sellos y seguidamente apoyar su mano sobre el pergamino, entonces tomaría su mochila y... se daría a la fuga.
«Hmm...»
Ese gesto fue razón suficiente para que él se girara y atinara a correr, pero claro que no tuvo tiempo para escapar y fue empujado al piso como las otras dos.
«¡No no no...!»
Ah...
La capa de viaje quedaría pintada en su totalidad con barro, estaba mojada ya y la verdad que hubiese preferido tirarla a la basura que mandarla a limpiar. Al menos había tenido un poco más de suerte que su compañera, quien había terminado con la cara en el barro.
—Egh...
Shanise por su parte reía como si hubiese contado la mejor broma del mundo, el joven médico levantó la mirada en su dirección y fue entonces que pudo ver la tienda de campaña donde antes había un pergamino. No estaba del todo de que significaba aquello, pero no podía ser malo si la líder del grupo estaba tan contenta. Mogura se sentó un momento en el piso y sin hacer mucho esfuerzo por ocultar una ligera sonrisa delineada en su rostro, se llevó una mano a la cabeza para arreglarse el cabello por debajo de la capa.
—Pe... pe... pe...
Ayame estaba estupefacta. No entendía nada. Mogura tampoco pero trataba de disimularlo lo mejor posible.
—¡Os presento mi Técnica de Campamento Portátil! ¿A que es genial?
Comentaría orgullosa la Hōzuki para luego arreglarse un poco y meterse dentro, a los pocos segundos se asomaría y diría unas nuevas palabras.
¡Venga, pasad! Aquí dentro se está calentito.
Desde que había comenzado la misión, Mogura no había dejado de ver cosas interesantes que solo el Fuuinjutsu podía lograr.
«Pero esto... ¿Esta es la diferencia de poder entre un genin y un ANBU...?»
Aquella cosa superaba con creces la cena sellada del otro día. Se reincorporó y se dispuso a ingresar en la tienda, fue entonces que la jinchuuriki se acercó a él con una mirada un tanto particular.
—Oye, ¿no te parece que Shanise-senpai está un poco... rara? ¿Crees que el veneno le habrá afectado al cerebro o algo así?
El planteamiento de Ayame no parecía muy disparatado, claro que asumir que el veneno le había trastocado el cerebro era un poco exagerado.
Creo que decir que el veneno afectó sus funciones cerebrales es un poco exagerado. Pero ciertamente estamos viendo un lado de Shanise-san que no habíamos visto hasta ahora...
Contestaría inclinándose ligeramente para hacerse al oído de la kunoichi y hablar por lo bajo.
La técnica de Shanise sin duda alguna era más sorprendente por dentro que por fuera, podía decir con seguridad que el nivel de confort que podía tenerse dentro de ese lugar superaba con un amplio margen a las comodidades que podía brindar el palacio del señor feudal, media docena de camas dispuestas en hileras, cuatro sillones, estanterías con infinidad de libros, pero lo que sin duda alguna había captado su atención fue la hoguera, encendida.
«No podía esperarse menos de la consejera de la Arashikage...»
Pensó asintiendo levemente varias veces con los ojos cerrados, sonriendo por dentro. Realmente estaba maravillado por los alcances que tenía el poder del Fuuinjutsu de Shanise.
—Pensé que en el Palacio estaríamos más seguros
Dijo la ANBU, se encogió de hombros y después agregó:
Pero debimos hospedarnos aquí desde el principio. Lo único que pasa es que tendremos que hacer guardias para vigilar.
Tenía sentido que hubiese querido optar por pasar la noche en el palacio, solo ahí habrían sido capaces de pasar la noche de manera cómoda, en medio de una misión de rango S. Lo que se ofrecía en ese momento era lo más favorable que podrían haber esperado desde el principio. Con eso en mente, el joven médico asintió con un gesto de la cabeza.
—Bueno, sentaos en los sillones. Tenemos que hablar de algo.
Antes de poder hacer eso, el muchacho se desharía de la capa de viaje, dejándola en algún lugar apropiado. Su sobretodo habría cumplido tan bien como pudo su trabajo, pero de igual manera tuvo que quitárselo, de cualquier manera no le era necesario en el interior de ese lugar. Solo entonces tomaría asiento, la sensación de comodidad que podía sentirse en esos sillones era comparable con los muebles de calidad que solo los mas pudientes tenían el lujo de darse. Sintió realmente la necesidad de hacer un esfuerzo por no ponerse cómodo de verdad en ese asiento.
—Hemos cometido un grave error. Somos compañeros de equipo, pero no nos hemos contado lo que sabemos hacer.
Las palabras de la ANBU le mantenían alejado de la idea de caer dormido. Quizás porque no estaba tan cansado como su joven compañera podía concentrarse en lo que la mujer tenía para decir.
Quiero decir, lo que de verdad sabemos hacer, al detalle. Puede que hasta ahora no hayamos necesitado coordinarnos, pero lo más probable es que nos encontremos al enemigo allí, en la Ciudad Fantasma. Y ya no podemos pedir ayuda a las otras aldeas, de modo que... Ayame, tú primero. Cuéntanos cosas sobre ti. Cosas que podrían ser útiles, como alguna técnica especial o algo. Tenéis que acostumbraros a hacer esto cuando seáis un equipo... Luego, irá Mogura. Y finalmente, yo os contaré algo.
»Y luego, os dejaré dormir unas dos horas mientras yo monto guardia. Vosotros montaréis guardia después mientras yo descanso... ¿Entendido?
—Entendido, Shanise-senpai
Dijo la kunoichi asintiendo.
Entendido, Shanise-san.
Diría el joven médico asintiendo también. Entonces, la jinchuuriki se prepararía, acomodando su postura un poco y tomándose un par de segundos para juntar sus palabras.
Como miembro del clan Hōzuki, soy capaz de convertir mi cuerpo en agua, y viceversa.
Sus ojos pudieron apreciar entonces la demostración de la técnica insignia del clan, el Suika no jutsu.
Gracias a esto puedo reducir el daño de la mayoría de los impactos entre otras utilidades que me confiere el poder transformarme en agua, pero en contraparte los ataques con electricidad me hacen más daño que al resto de personas. Por supuesto, mi naturaleza de chakra es el Suiton. Aparte del manejo del agua, también estoy entrenada en el uso de las ilusiones con el Genjutsu. Puedo disiparlas y realizar un par de técnicas ilusorias. También he diseñado algunas técnicas con el poder de mi voz: puedo gritar para expulsar al otro y aturdirlo momentáneamente, o engañar sus sentidos para que crea que me escucha desde otra dirección. Y... por último...
Su mirada se volvió un poco más profunda, puntualmente para con el médico. Quien la estaría mirando y escuchando con atención.
—Sé que es nuestro deber proteger a la Jinchūriki, y todo eso. Pero, si resultara herida, yo no debería ser vuestra máxima prioridad. Uno, como ya he dicho, puedo neutralizar daños con mi Suika no Jutsu. Dos, desde que tengo uso de razón, y por algún tipo de explicación que se me escapa, cualquier herida que reciba cicatriza de forma muchísimo más rápido de lo normal. Y tres... aunque no soy tan eficiente como tú, Mogura, soy capaz de restaurar daños propios utilizando el agua del ambiente. Y, para nuestra suerte, estamos en un lugar donde siempre llueve.
Entonces, les regaló una sonrisa.
—Lo importante es el hilo, así que si debéis dejarme atrás para protegerlo, hacedlo sin miedo. Ya me las apañaré yo sola, como ya habéis visto resulta difícil herirme.
»Y... creo que eso es todo.
Mogura levantó la mirada un momento y cerró los ojos para tomar un aire. Seguidamente llevaría sus manos hasta un costado y tomaría su portaobjetos. Era su turno de comentar lo que sabía hacer.
Como ya saben, soy un shinobi médico. Pero además he dedicado tiempo a estudiar un poco de Fūinjutsu, mi naturaleza de chakra es Fūton.
Comenzó diciendo mientras abría su portaobjetos y dejaba a la vista el contenido. Un montón de frascos de variados tamaños y colores, además de un pergamino. Quizás a Ayame le llamaría la atención que no había un solo shuriken o kunai en su interior.
Además de mi kit médico cuento con una amplia variedad de venenos, un potente veneno que causa nauseas, tos y otras sensaciones para nada agradables; una picazón insoportable; parálisis temporal; ceguera por irritación en los ojos y dificultad para respirar; y con este se puede dormir una persona en segundos.
Comentaba mientras señalaba uno a uno los pequeños frascos.
Mi control de chakra es bastante preciso, es necesario que sea así. Esto ha permitido dominar una técnica que hace que mis golpes puedan rivalizar con los de un maestro del Taijutsu.
Se tuvo que reservar la demostración del Ōkashō.
Otra habilidad que tengo dominada me permite traspasar mi chakra a otra persona, será útil en caso de que alguien precise retirarse un momento y recargar energía. Ya han podido apreciar mi Shōsen no Jutsu, la técnica con la que traté las heridas de Aotsuki-san, la técnica que utilice para extraer la toxina del cuerpo de Shanise-san y finalmente cuento con una técnica que me permite usar cualquiera de esos venenos y formar una gran nube gaseosa que podría envenenar múltiples objetivos.
Por otro lado, mis habilidades con Fūinjutsu aún son un poco básicas. Pero puedo realizar inscripciones en cualquier lugar, sellar algunas cosas en pergaminos, como la comida del otro día, cancelar o descontrolar invocaciones, y lo más avanzado que puedo hacer hasta ahora es extraer chakra de una persona inconsciente.
Tomó nuevamente un pequeño respiro. Entonces miró a la joven jinchuuriki.
Mis habilidades claramente no están orientadas al combate, Aotsuki-san. Ahora que no contamos con la posibilidad de recibir apoyo por parte de las otras aldeas, confío en que nuestras habilidades en conjunto serán suficientes para cuidar la espalda de nuestra superior.
Diría con un tono calmado para luego delinear una ligera sonrisa en su rostro.
¡Aunque seguro eso no será necesario...! ¡Seguramente Shanise-san cuenta con un repertorio bastante amplio, con todo tipo de Fūinjutsu...!
Agregaría con un tono un tanto jocoso, sintiendo un poco de curiosidad por saber más sobre las habilidades de la ANBU.
¡Ah...! ¿Estaría bien si tomo el primer turno de guardia? Pude descansar más en el palacio así que no me molestaría estar un par de horas más despierto, además... será difícil despertarme para hacer un relevo en la guardia...
No pudo hacer ligeramente la mirada a un lado cuando mencionó aquello último, pero lo cierto era que una vez que dormía, le costaba muchísimo despertarse.
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