17/09/2017, 19:18
Tras probar uno de los aperitivos del chico, éste preguntó si estaban buenos, a lo que la chica respondió sin demasiado entusiasmo que estaban bien. Reika también aprovechó la invitación del joven para tomar uno de éstos aperitivos tan singulares, sin decir una palabra de nuevo. Fue entonces que Hazegawa tomó una piedrecita de su vera, y se la lanzó a la rubia al hombro, sin miramientos. La rubia lo miró, y aseguró estar allí, pese a parecer parte del mobiliario de una casa...
Hazegawa inquirió que cuando regresasen a Amegakure debían quedar mas a menudo. Aseguró que jamás la había visto por allí, pese a que su color de pelo realmente sobresaltaba. La chica sonrió mientras le daba unas cuantas vueltas al asunto en su cabeza.
«¿Quedar mas a menudo? ¿y recibir cien interrogatorios todos los días...? va a ser que no...» —Claro, estaría bien.
La rubia por su parte afirmó que estaría bastante ocupada al llegar, poniéndose al día con las misiones. Casi lo decía como si fuese una obligación, como si le costase la misma vida hacerlo...
El chico hizo un inciso sin venir demasiado a cuento, preguntando a la chica de cabellera roja como el fuego si ésta podía crear figuritas de papel. Apenas pudo terminar de explicarse, porque le faltaba una palabra que no encontraba...
—Origami. —le ayudó a encontrar la palabra. —Si, puedo hacer mil cosas con el papel, entre ellas figuras animadas de origami.
»Pero bueno, creo que eso es algo que ya verán en otra ocasión... debo irme, me tengo que centrar en ganar el siguiente combate. Ha sido todo un placer. —se despidió la chica, asegurando que tenía quehaceres. Sin mas, la chica comenzaría a deshacerse en papeles, papeles que poco a poco tomarían la forma de mariposas que danzarían en el viento dirección a su habitación.
Su habitación, el único lugar donde al parecer podía tener un poco de paz.
Hazegawa inquirió que cuando regresasen a Amegakure debían quedar mas a menudo. Aseguró que jamás la había visto por allí, pese a que su color de pelo realmente sobresaltaba. La chica sonrió mientras le daba unas cuantas vueltas al asunto en su cabeza.
«¿Quedar mas a menudo? ¿y recibir cien interrogatorios todos los días...? va a ser que no...» —Claro, estaría bien.
La rubia por su parte afirmó que estaría bastante ocupada al llegar, poniéndose al día con las misiones. Casi lo decía como si fuese una obligación, como si le costase la misma vida hacerlo...
El chico hizo un inciso sin venir demasiado a cuento, preguntando a la chica de cabellera roja como el fuego si ésta podía crear figuritas de papel. Apenas pudo terminar de explicarse, porque le faltaba una palabra que no encontraba...
—Origami. —le ayudó a encontrar la palabra. —Si, puedo hacer mil cosas con el papel, entre ellas figuras animadas de origami.
»Pero bueno, creo que eso es algo que ya verán en otra ocasión... debo irme, me tengo que centrar en ganar el siguiente combate. Ha sido todo un placer. —se despidió la chica, asegurando que tenía quehaceres. Sin mas, la chica comenzaría a deshacerse en papeles, papeles que poco a poco tomarían la forma de mariposas que danzarían en el viento dirección a su habitación.
Su habitación, el único lugar donde al parecer podía tener un poco de paz.