24/07/2015, 13:11
Eri comenzó a datar que su madre tenía ciertos rasgos similares a los de ella, evidentemente era lógico. Poseía ojos del mismo tono, y una cabellera de color similar, aunque mas oscura. Alta, esbelta, e iba vestida con ropa verde oliva y un pantalón oscuro. Ciertamente habría de parecerse a ella, pues compartían casi hasta el mismo gusto de colores en las prendas.
Por otro lado, conforme avanzaban, la pequeña informó que su madre había estado por allí buscando algunas hierbas. Era probable que se encontrase en una de esas tiendas de los alrededores. El rubio observó con ahínco los locales mientras avanzaban.
— Ok, pues busquemos por las tiendas donde puedan vender medicamentos o hierbas medicinales. —
Sus orbes fueron mirando una a una las pancartas, buscando por entre éstas algún parecido a lo que buscaban. Al poco tiempo, comenzaron por explorar la primera tienda. Casi al entrar, una voz buscó la atención de Eri. La chica y el rubio miraron hacia el lado de donde la voz procedía, y de inmediato observaron a una mujer de características previamente expresadas. No cabía duda, se trataba de la madre de Eri.
La mujer no se contuvo una sola palabra, le dijo a Eri que la había echado en falta, que la había preocupado. Así mismo, tampoco dudó en preguntar por el chico que la acompañaba, presentándose al Yotsuki como Shian, madre de Eri. El rubio sonrió, y adoptó la posición para un cordial saludo, flexionando la parte superior del cuerpo hasta estar casi a 45º en horizontal al suelo.
— Mi nombre es Zukamane, aunque prefiero que me llamen Zuka. Un placer, señora Shian. — Se presentó el Yotsuki. — Soy también turista en ésta isla, y conocí a su hija en la playa... decidimos volver juntos para evitar perdernos a éstas horas, y me presté voluntario para acompañarla hasta usted. —
Dicho eso, el chico volvió a su posición anterior, como un caballero cortés. En sus labios aún se apreciaba la sonrisa, para nada mal intencionada.
Por otro lado, conforme avanzaban, la pequeña informó que su madre había estado por allí buscando algunas hierbas. Era probable que se encontrase en una de esas tiendas de los alrededores. El rubio observó con ahínco los locales mientras avanzaban.
— Ok, pues busquemos por las tiendas donde puedan vender medicamentos o hierbas medicinales. —
Sus orbes fueron mirando una a una las pancartas, buscando por entre éstas algún parecido a lo que buscaban. Al poco tiempo, comenzaron por explorar la primera tienda. Casi al entrar, una voz buscó la atención de Eri. La chica y el rubio miraron hacia el lado de donde la voz procedía, y de inmediato observaron a una mujer de características previamente expresadas. No cabía duda, se trataba de la madre de Eri.
La mujer no se contuvo una sola palabra, le dijo a Eri que la había echado en falta, que la había preocupado. Así mismo, tampoco dudó en preguntar por el chico que la acompañaba, presentándose al Yotsuki como Shian, madre de Eri. El rubio sonrió, y adoptó la posición para un cordial saludo, flexionando la parte superior del cuerpo hasta estar casi a 45º en horizontal al suelo.
— Mi nombre es Zukamane, aunque prefiero que me llamen Zuka. Un placer, señora Shian. — Se presentó el Yotsuki. — Soy también turista en ésta isla, y conocí a su hija en la playa... decidimos volver juntos para evitar perdernos a éstas horas, y me presté voluntario para acompañarla hasta usted. —
Dicho eso, el chico volvió a su posición anterior, como un caballero cortés. En sus labios aún se apreciaba la sonrisa, para nada mal intencionada.