22/09/2017, 13:41
No había mucho que hacer realmente estando de guardia, Ayame estaba totalmente en su mundo y parecía que le había dejado todo el trabajo a él. A lo lejos, un brillo verdoso crecía hacia el cielo.
«Un hilo... ¿chakra natural?»
Era realmente llamativo, no había duda alguna de por qué había que ir a sellarlo. Cualquier extraño ajeno al tema podría llegar a acercarse por curiosidad y terminaría... haciendo quién sabe qué.
De un momento a otro, Ayame se retiró y de vaya a saber donde tomó un kunai. El joven médico no pudo evitar abrir un poco más de lo normal los ojos y fulminar entonces con la mirada a la joven kunoichi.
—¡Ay! ¡Lo siento, Moputa-san! Lo siento... se me había ido el santo al cielo y no te había sentido acercarte... Pero será mejor que nos demos prisa, vamos, Panize-senpai nos llama.
No tardó mucho en guardar su filo y realizar una reverencia, en su interior sentía que no tenía la inclinación necesaria,
pero también sabía que era un simple genin y que no correspondía más. Nuevamente, la kunoichi no mencionaba de forma correcta el nombre de su compañero, cosa que no hacía que su disculpa fuese mejor tomada.
Aotsuki-san...
Pero ya lo había dicho demasiadas veces, no tenía caso seguir recordándolo. Además, había estado mucho tiempo junto a Ayame y de la nada había reaccionado de aquella manera, mejor no meterse con ella.
...olvidelo.
Entonces, ambos entrarían en la tienda donde Shanise los volvería a recibir.
—Bien, muchachos. Recojan las cosas. Partiremos hacia nuestro destino. Preparáos bien, haced todas las cosas que tengáis que hacer, con vuestras armas, hilos shinobi y técnicas. Puede que luego no tengáis tiempo.
Al igual que la muchacha, inclinaría la cabeza. Se acercaría entonces a la cama que había usado y tomaría su kit médico, no había mucho que preparar, pero aun así quería volver a dejar listo el fluido que había utilizado para extraer el veneno de Shanise.
La Ciudad Fantasma, seguramente habría sido uno de los puntos de interés más llamativos de todo Oonindo si no hubiese sido por la intervención del Gobi en su historia. Mogura elevaba un poco la mirada de vez en cuando para observar lo que habría quedado de las inmensas torres.
¿Sabe por qué no se volvió a reconstruir la ciudad, Shanise-san?
Esperaba que la pregunta no le sorprendiera a la ANBU, pero realmente la urbe se mantenía imponente incluso después de la catástrofe. ¿Habría sido demasiado para su gente? ¿O cuál había sido exactamente el motivo de abandonar totalmente el lugar?
«Un hilo... ¿chakra natural?»
Era realmente llamativo, no había duda alguna de por qué había que ir a sellarlo. Cualquier extraño ajeno al tema podría llegar a acercarse por curiosidad y terminaría... haciendo quién sabe qué.
De un momento a otro, Ayame se retiró y de vaya a saber donde tomó un kunai. El joven médico no pudo evitar abrir un poco más de lo normal los ojos y fulminar entonces con la mirada a la joven kunoichi.
—¡Ay! ¡Lo siento, Moputa-san! Lo siento... se me había ido el santo al cielo y no te había sentido acercarte... Pero será mejor que nos demos prisa, vamos, Panize-senpai nos llama.
No tardó mucho en guardar su filo y realizar una reverencia, en su interior sentía que no tenía la inclinación necesaria,
pero también sabía que era un simple genin y que no correspondía más. Nuevamente, la kunoichi no mencionaba de forma correcta el nombre de su compañero, cosa que no hacía que su disculpa fuese mejor tomada.
Aotsuki-san...
Pero ya lo había dicho demasiadas veces, no tenía caso seguir recordándolo. Además, había estado mucho tiempo junto a Ayame y de la nada había reaccionado de aquella manera, mejor no meterse con ella.
...olvidelo.
Entonces, ambos entrarían en la tienda donde Shanise los volvería a recibir.
—Bien, muchachos. Recojan las cosas. Partiremos hacia nuestro destino. Preparáos bien, haced todas las cosas que tengáis que hacer, con vuestras armas, hilos shinobi y técnicas. Puede que luego no tengáis tiempo.
Al igual que la muchacha, inclinaría la cabeza. Se acercaría entonces a la cama que había usado y tomaría su kit médico, no había mucho que preparar, pero aun así quería volver a dejar listo el fluido que había utilizado para extraer el veneno de Shanise.
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La Ciudad Fantasma, seguramente habría sido uno de los puntos de interés más llamativos de todo Oonindo si no hubiese sido por la intervención del Gobi en su historia. Mogura elevaba un poco la mirada de vez en cuando para observar lo que habría quedado de las inmensas torres.
¿Sabe por qué no se volvió a reconstruir la ciudad, Shanise-san?
Esperaba que la pregunta no le sorprendiera a la ANBU, pero realmente la urbe se mantenía imponente incluso después de la catástrofe. ¿Habría sido demasiado para su gente? ¿O cuál había sido exactamente el motivo de abandonar totalmente el lugar?
Hablo - Pienso