22/09/2017, 15:20
Datsue no se encontraba en el famoso puente que partía el lago en dos, sino todo lo más alejado posible de éste, en la orilla del lago, lejos de la muchedumbre y de las miradas indiscretas. Aparte de su habitual vestimenta —una camisa blanca de mangas enrolladas y un pantalón corto y oscuro—, en sus manos yacía un shamisen.
Estaba sentado, descalzo y con los pies dentro de la fresca y cristalina agua del lago. El bachi, en su zurda, rasgaba las cuerdas del instrumento musical a un ritmo lento, mientras tarareaba en voz baja una canción que estaba componiendo. Una canción dedicada a Aiko.
Después de su breve escarceo amoroso, el Uchiha no la había vuelto a ver. Habían quedado en volver a verse, por supuesto, después de la segunda ronda del torneo. Sin embargo, y aunque Datsue fue puntual por primera vez en su vida a la cita, ni rastro hubo de la kunoichi. Estuvo esperándola toda la mañana. Y la tarde. Y la noche… Con un agujero en el estómago por temor a ausentarse a por comida y que justo llegase ella. Un agujero que fue extendiéndose hacia su pecho, al aceptar a regañadientes, que le habían dado plantón.
Quizá no había sido lo suficientemente bueno para ella. Quizá le había usado para divertirse un rato y ya, como un juguete por el que solo te interesas al ser novedad. Quizá, simplemente, se había olvidado.
Chasqueó la lengua, irritado, y volvió a centrarse en la canción…
Estaba sentado, descalzo y con los pies dentro de la fresca y cristalina agua del lago. El bachi, en su zurda, rasgaba las cuerdas del instrumento musical a un ritmo lento, mientras tarareaba en voz baja una canción que estaba componiendo. Una canción dedicada a Aiko.
Después de su breve escarceo amoroso, el Uchiha no la había vuelto a ver. Habían quedado en volver a verse, por supuesto, después de la segunda ronda del torneo. Sin embargo, y aunque Datsue fue puntual por primera vez en su vida a la cita, ni rastro hubo de la kunoichi. Estuvo esperándola toda la mañana. Y la tarde. Y la noche… Con un agujero en el estómago por temor a ausentarse a por comida y que justo llegase ella. Un agujero que fue extendiéndose hacia su pecho, al aceptar a regañadientes, que le habían dado plantón.
Quizá no había sido lo suficientemente bueno para ella. Quizá le había usado para divertirse un rato y ya, como un juguete por el que solo te interesas al ser novedad. Quizá, simplemente, se había olvidado.
Chasqueó la lengua, irritado, y volvió a centrarse en la canción…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado