26/07/2015, 18:10
Nabi se deleitaba de la pelea de los borrachos contra sí mismos y su inteligencia. Era una pelea desequilibrada y obviamente unilateral, pero era gracioso de ver, como para colgarlo en iutube, aunque aun no existia. Bueno, el calvito soltó que tenia ganas de violencia y se lanzó contra los indefensos ebrios palo en alto balbuceando que si vencia más borrachuzos le tendria que comprar su droga.
Ni aunque me pagaras te cogia de tus sustancias, mira lo que has creado y no te cansas. Dedicate a vender flores, es más... menos destructivo creo que es la mejor forma de decirlo.
Sin embargo, su loca embestida seria frenada por dos armadurillos que aparecieron de la nada y noquearon a los que quedaban de pie, como si tal cosa. La sorpresa se podia palpar en el rostro del monje drogadicto, al parecer, eran conocidos. Se enrabietó con ellos quejandose de que él era un igual, aunque era obvio que no, pero bueno, mejor no meterse en asuntos de alopecicos. Aunque obviamente, metio la oreja a ver que decian que pudiera usar a su favor contra Calvo-chan.
Al final no hubo ninguna discusion importante, el joven emborrachador acepto su sitio por debajo de aquellos armadurillos en la escala social y todos desaparecieron con la tipica salida con humillo de los ninjas y Calvochan se quedó ahí toh rallao y maldiciendo por lo bajo.
Parece que han venido tus papis calvos a darte un buen rapapolvo. Eso te pasa por violento e incitador a la drogadicción. En el infierno hay un caldero reservado para la gente como tú.
El rostro del rubio distaba mucho de ser serio o enfadado, estaba riendose, como siempre. Apesar del toque de humor acido que tenian sus comentarios sí era cierto que condenada aquel comportamiento tan... de pegarse por pegarse. Tal vez tuviera que darle una paliza a aquel muchacho para hacerle ver que la violencia no era tan chachi ni guay como él se creia. Pero eso seria muy hipocrita.
Con las manos en los bolsillos y el baston de nuevo en su espalda, el Uzushiogakureño esperaria a ver la reacción del calvito emborrachador.
Ni aunque me pagaras te cogia de tus sustancias, mira lo que has creado y no te cansas. Dedicate a vender flores, es más... menos destructivo creo que es la mejor forma de decirlo.
Sin embargo, su loca embestida seria frenada por dos armadurillos que aparecieron de la nada y noquearon a los que quedaban de pie, como si tal cosa. La sorpresa se podia palpar en el rostro del monje drogadicto, al parecer, eran conocidos. Se enrabietó con ellos quejandose de que él era un igual, aunque era obvio que no, pero bueno, mejor no meterse en asuntos de alopecicos. Aunque obviamente, metio la oreja a ver que decian que pudiera usar a su favor contra Calvo-chan.
Al final no hubo ninguna discusion importante, el joven emborrachador acepto su sitio por debajo de aquellos armadurillos en la escala social y todos desaparecieron con la tipica salida con humillo de los ninjas y Calvochan se quedó ahí toh rallao y maldiciendo por lo bajo.
Parece que han venido tus papis calvos a darte un buen rapapolvo. Eso te pasa por violento e incitador a la drogadicción. En el infierno hay un caldero reservado para la gente como tú.
El rostro del rubio distaba mucho de ser serio o enfadado, estaba riendose, como siempre. Apesar del toque de humor acido que tenian sus comentarios sí era cierto que condenada aquel comportamiento tan... de pegarse por pegarse. Tal vez tuviera que darle una paliza a aquel muchacho para hacerle ver que la violencia no era tan chachi ni guay como él se creia. Pero eso seria muy hipocrita.
Con las manos en los bolsillos y el baston de nuevo en su espalda, el Uzushiogakureño esperaria a ver la reacción del calvito emborrachador.
—Nabi—