24/09/2017, 20:57
(Última modificación: 24/09/2017, 20:58 por Manase Mogura.)
La jounin sacudió la cabeza. Observó el torrente gigantesco de energía verde, subiendo por detrás de Kokuo.
—No lo sé, me parece un poco arriesgado. Dime, Mogura-san. ¿Te apetece morir aplastado por una pezuña?
No era la clase de respuesta que le apetecía escuchar y sin duda alguna la elección de palabras podría haberse resumido a un simple "No".
Entiendo.
Contestó el joven médico y observó un par de segundos más la escena de combate entre las bestias. Pero parecía que no estaba viendo lo mismo que veía Shanise.
—Mogura, ¿dijiste que podías utilizar una especie de súper fuerza?
Así es.
Se limitó a contestar, asintiendo con la cabeza y haciendo un esfeurzo por recuperar su expresión habitual.
»Arrójame hacia allá.
Pero desde luego no era un momento habitual el que estaban pasando, y las ordenes no parecían normales tampoco. La orden de su superior parecía estar más allá de lo que el joven médico podía comprender en ese instante, acababa de sanar sus heridas y ahora quería ir a ver la pelea de cerca.
Hai.
Estiró sus manos hasta la fémina, tomándola de la ropa y entonces tiraría de ella, echando mano al Okasho en el momento preciso, con esto terminaría lanzando a la ANBU en la dirección ordenada.
Mogura quedaría solo siendo el único espectador.
—No lo sé, me parece un poco arriesgado. Dime, Mogura-san. ¿Te apetece morir aplastado por una pezuña?
No era la clase de respuesta que le apetecía escuchar y sin duda alguna la elección de palabras podría haberse resumido a un simple "No".
Entiendo.
Contestó el joven médico y observó un par de segundos más la escena de combate entre las bestias. Pero parecía que no estaba viendo lo mismo que veía Shanise.
—Mogura, ¿dijiste que podías utilizar una especie de súper fuerza?
Así es.
Se limitó a contestar, asintiendo con la cabeza y haciendo un esfeurzo por recuperar su expresión habitual.
»Arrójame hacia allá.
Pero desde luego no era un momento habitual el que estaban pasando, y las ordenes no parecían normales tampoco. La orden de su superior parecía estar más allá de lo que el joven médico podía comprender en ese instante, acababa de sanar sus heridas y ahora quería ir a ver la pelea de cerca.
Hai.
Estiró sus manos hasta la fémina, tomándola de la ropa y entonces tiraría de ella, echando mano al Okasho en el momento preciso, con esto terminaría lanzando a la ANBU en la dirección ordenada.
Mogura quedaría solo siendo el único espectador.
Hablo - Pienso