26/07/2015, 23:37
El rubio quedó expectante, viendo como la madre abrazaba a su hija por la altura del cuello en un suave y tierno momento. Justo después, la progenitora preguntó al rubio si podía agradecérselo de alguna manera, justo tras darle las gracias por haber cuidado a su hija. Zukamane quedó en silencio por un instante, a decir verdad no había estado a la vera de la chica con ningún objetivo, no había motivo para una recompensa por algo que había hecho de corazón.
— No hay de que... jajajaja. — Confesó el chico. — Y no hace falta que me lo agradezca, a decir verdad, la siesta que nos hemos pegado a la orilla del mar ha sido mas que suficiente. —
La pequeña le preguntó a su madre por las hierbas. Se interesó por si ésta las había conseguido, así como por si ya era hora de regresar a su casa. Quizás el sitio no le había llegado a gustar, o simplemente tenía ganas de dormir en su propia cama. Fuere como fuere, todo terminó en una pequeña observación por parte de la madre. Evidentemente, el rubio no era de esta isla.
— No, yo soy de Kusagakure... ando aquí de vacaciones. —
Entre tanto, se señaló la bandana con su zurda, portada en su bicep derecho.
— Bueno... ésto es un hasta luego, creo. Encantado de haberte conocido, Eri... y Shian. Nos vemos. —
Con ésto, y un cordial saludo, el Yotsuki se despidió del par de chicas. Había sido quizás demasiado formal, pero en fin... siempre es mejor pasarse que no llegar. Al menos con la educación.
— No hay de que... jajajaja. — Confesó el chico. — Y no hace falta que me lo agradezca, a decir verdad, la siesta que nos hemos pegado a la orilla del mar ha sido mas que suficiente. —
La pequeña le preguntó a su madre por las hierbas. Se interesó por si ésta las había conseguido, así como por si ya era hora de regresar a su casa. Quizás el sitio no le había llegado a gustar, o simplemente tenía ganas de dormir en su propia cama. Fuere como fuere, todo terminó en una pequeña observación por parte de la madre. Evidentemente, el rubio no era de esta isla.
— No, yo soy de Kusagakure... ando aquí de vacaciones. —
Entre tanto, se señaló la bandana con su zurda, portada en su bicep derecho.
— Bueno... ésto es un hasta luego, creo. Encantado de haberte conocido, Eri... y Shian. Nos vemos. —
Con ésto, y un cordial saludo, el Yotsuki se despidió del par de chicas. Había sido quizás demasiado formal, pero en fin... siempre es mejor pasarse que no llegar. Al menos con la educación.