25/09/2017, 11:36
— Ya supongo que sabreis que nos espera un largo día de Planicie del Silencio, así que tendremos que hacer noche en algún lugar apartado que encontremos.
El peliblanco asintió, no esperaba tener demasiadas comodidades, después de todo eran shinobis y tenían que acostumbrarse a tener que apañárselas con lo que pudieran.
Justo en este instante la rubia realizó la pregunta del millón, la pregunta que llevaba rondando la cabeza de Riko desde el momento en el que les dieron el pergamino de la misión, en el que se especificaba que tenían que ayudar a Shin-Fu a transportar su mercancía de forma segura.
— Ah, te refieres a qué llevo ahora mismo. Pues he comprado un lote de ceramica que ha sido verlo y pensar en mi esposa y mis hijos y en lo mucho que les gustaría. A mi esposa porque le encantan las vajillas de ceramica buena y a mis hijos porque tienen unos dibujos la mar de infantiles.
El Senju arrugó ligeramente la nariz, no le parecía suficientemente interesante un lote de cerámica como para necesitar de dos shinobi para su protección, ¿qué tipo de cerámica era lo suficientemente llamativa como para que le quisieran abordar para llevársela?
— Disculpe la pregunta pero... ¿De verdad lleva solo un lote de cerámica? Quiero decir, no es algo que alguien se molestaría en tratar de robar, ¿no? — Preguntó inocente, pero tenía claro que si tenían que realizar aquella misión, la confianza era primordial, y tenían que saber exactamente lo que tenían que defender.
El peliblanco asintió, no esperaba tener demasiadas comodidades, después de todo eran shinobis y tenían que acostumbrarse a tener que apañárselas con lo que pudieran.
Justo en este instante la rubia realizó la pregunta del millón, la pregunta que llevaba rondando la cabeza de Riko desde el momento en el que les dieron el pergamino de la misión, en el que se especificaba que tenían que ayudar a Shin-Fu a transportar su mercancía de forma segura.
— Ah, te refieres a qué llevo ahora mismo. Pues he comprado un lote de ceramica que ha sido verlo y pensar en mi esposa y mis hijos y en lo mucho que les gustaría. A mi esposa porque le encantan las vajillas de ceramica buena y a mis hijos porque tienen unos dibujos la mar de infantiles.
El Senju arrugó ligeramente la nariz, no le parecía suficientemente interesante un lote de cerámica como para necesitar de dos shinobi para su protección, ¿qué tipo de cerámica era lo suficientemente llamativa como para que le quisieran abordar para llevársela?
— Disculpe la pregunta pero... ¿De verdad lleva solo un lote de cerámica? Quiero decir, no es algo que alguien se molestaría en tratar de robar, ¿no? — Preguntó inocente, pero tenía claro que si tenían que realizar aquella misión, la confianza era primordial, y tenían que saber exactamente lo que tenían que defender.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»