25/09/2017, 13:49
La lengua del Ichibi, enorme y grotesca, daba forma a las palabras con la misma sutileza y toxicidad de la de una serpiente. Era un manipulador nato. Tanto o más que el propio Zoku. Y aquello le asustaba. Le daba miedo… y en cierta parte le hacía desconfiar. Una desconfianza que se añadía a la que ya tenía por el mero hecho de ser un bijuu. Pero, al mismo tiempo, todo lo que decía tenía tanto sentido…
«Yo solo pedía una vida tranquila, joder. Con su chalet en el País del Agua; su velero; y lo suficiente para poder pagarme unos caprichitos de semana en semana. ¡Era tanto pedir, joder!» En su lugar, Datsue había terminado con un monstruo sádico y asesino encerrado en el cuerpo, que le pedía, ni más ni menos, que matar a su actual Uzukage. Todo un chiste macabro.
«Si al menos pudiese debatirlo a solas con Akame…»
Fue entonces cuando se le encendió una bombilla. Quizá no funcionase, quizá no sirviese, pero merecía la pena intentarlo.
—No soy un traidor, Ichibi.
Datsue le miró a los ojos, y cuando Akame le devolviese la mirada, vería que éste tenía el tres aspas activo.
—¿No lo eres, Akame? —Una voz sorprendería a Akame a sus espaldas. Una voz que reconoció muy bien, pese a que hacía un mundo que no la oía. Cuando se dio la vuelta, vio a una mujer imponente. No por su cuerpo, no por sus rasgos… sino por el carisma que desprendía. Y también por lo que significaba. Sobre todo por lo que significaba—. Entonces, ¿cómo explicas que obedezcas las órdenes del asesino de mi hija? ¿Cómo explicas que te arrodilles ante el hombre que trató de asesinarme? ¿A mí? ¿A tu verdadera Kage?
Los ojos morados de ella atravesaron su alma de la misma manera en que solía hacerlo antaño. Era ella. Era Shiona.
A su alrededor, todo seguía igual, salvo que ahora la grotesca figura del Ichibi había desaparecido. Datsue no sabía si aún dentro de aquel genjutsu el monstruo podría oírles —e incluso hablarles—, pero tenía que intentarlo.
Chasqueó los dedos, y con ello el fantasma del pasado desapareció.
—Escúchame, Akame —dijo, tratando de recobrar su atención. Conociéndole, intuía que el detalle de Shiona no le había gustado ni un pelo, pero ahora solo podía continuar—. Solo te pido que pienses, ¿vale? —dijo, clavándose ambos dedos índices a cada lado de la sien—. No estoy diciendo que confíe en ese… en ese… —«Monstruo hijo de puta» Pero como no sabía si le estaba oyendo o no, optó por decir:—, en esa bestia con cola. Solo digo que… Joder, lo que dice tiene sentido. Yo me creí a Zoku tanto como tú, pero… ¿De verdad era lo mejor para la Aldea matar a Gouna frente a las otras dos Villas, generando una puta guerra ninja? ¿Y si se vuelve contra nosotros? ¿Y si descubren lo de Yakisoba? —le espetó—. Ya oíste a los nuestros esta tarde. ¡Encontraron su cadáver, joder! ¡Lo encontraron! ¡Sabes tan bien como yo que hoy en día un ninja médico puede calcular con exactitud de casi al minuto cuando murió una persona! ¿Y si en esos informes que tenía Chae ya lo ponía? ¿Y si se filtra la información? Joder, con el caos que hay ahora en la villa no me extrañaría. ¿Y luego qué? ¡¿Y luego qué, joder?! —le espetó con furia— Yo te diré qué: Kusa y Ame sabrán que Yakisoba llevaba muerto de mucho antes a que fuera allí por los Hilos, ¡y entonces sabrán que fuimos nosotros los responsables! ¡Y entonces estaremos perdidos, joder! ¡Dos Aldeas contra una, no hay ni una puta posibilidad, hostia! A no ser… —levantó el dedo de una mano, como quien señala un punto muy importante a tener en cuenta.
»A no ser que le entreguemos al responsable en una puta bandeja de plata. ¿Te parece tanta locura lo que pienso? —quiso saber, el Uchiha. Había obviado la otra parte del trato, que era recuperar su libertad. Pese a que para él era muy importante, sabía que para su compañero no lo era tanto. Aquel no sería un motivo por el que Uchiha Akame se dejase convencer.
«Yo solo pedía una vida tranquila, joder. Con su chalet en el País del Agua; su velero; y lo suficiente para poder pagarme unos caprichitos de semana en semana. ¡Era tanto pedir, joder!» En su lugar, Datsue había terminado con un monstruo sádico y asesino encerrado en el cuerpo, que le pedía, ni más ni menos, que matar a su actual Uzukage. Todo un chiste macabro.
«Si al menos pudiese debatirlo a solas con Akame…»
Fue entonces cuando se le encendió una bombilla. Quizá no funcionase, quizá no sirviese, pero merecía la pena intentarlo.
—No soy un traidor, Ichibi.
Datsue le miró a los ojos, y cuando Akame le devolviese la mirada, vería que éste tenía el tres aspas activo.
—¿No lo eres, Akame? —Una voz sorprendería a Akame a sus espaldas. Una voz que reconoció muy bien, pese a que hacía un mundo que no la oía. Cuando se dio la vuelta, vio a una mujer imponente. No por su cuerpo, no por sus rasgos… sino por el carisma que desprendía. Y también por lo que significaba. Sobre todo por lo que significaba—. Entonces, ¿cómo explicas que obedezcas las órdenes del asesino de mi hija? ¿Cómo explicas que te arrodilles ante el hombre que trató de asesinarme? ¿A mí? ¿A tu verdadera Kage?
Los ojos morados de ella atravesaron su alma de la misma manera en que solía hacerlo antaño. Era ella. Era Shiona.
A su alrededor, todo seguía igual, salvo que ahora la grotesca figura del Ichibi había desaparecido. Datsue no sabía si aún dentro de aquel genjutsu el monstruo podría oírles —e incluso hablarles—, pero tenía que intentarlo.
Chasqueó los dedos, y con ello el fantasma del pasado desapareció.
—Escúchame, Akame —dijo, tratando de recobrar su atención. Conociéndole, intuía que el detalle de Shiona no le había gustado ni un pelo, pero ahora solo podía continuar—. Solo te pido que pienses, ¿vale? —dijo, clavándose ambos dedos índices a cada lado de la sien—. No estoy diciendo que confíe en ese… en ese… —«Monstruo hijo de puta» Pero como no sabía si le estaba oyendo o no, optó por decir:—, en esa bestia con cola. Solo digo que… Joder, lo que dice tiene sentido. Yo me creí a Zoku tanto como tú, pero… ¿De verdad era lo mejor para la Aldea matar a Gouna frente a las otras dos Villas, generando una puta guerra ninja? ¿Y si se vuelve contra nosotros? ¿Y si descubren lo de Yakisoba? —le espetó—. Ya oíste a los nuestros esta tarde. ¡Encontraron su cadáver, joder! ¡Lo encontraron! ¡Sabes tan bien como yo que hoy en día un ninja médico puede calcular con exactitud de casi al minuto cuando murió una persona! ¿Y si en esos informes que tenía Chae ya lo ponía? ¿Y si se filtra la información? Joder, con el caos que hay ahora en la villa no me extrañaría. ¿Y luego qué? ¡¿Y luego qué, joder?! —le espetó con furia— Yo te diré qué: Kusa y Ame sabrán que Yakisoba llevaba muerto de mucho antes a que fuera allí por los Hilos, ¡y entonces sabrán que fuimos nosotros los responsables! ¡Y entonces estaremos perdidos, joder! ¡Dos Aldeas contra una, no hay ni una puta posibilidad, hostia! A no ser… —levantó el dedo de una mano, como quien señala un punto muy importante a tener en cuenta.
»A no ser que le entreguemos al responsable en una puta bandeja de plata. ¿Te parece tanta locura lo que pienso? —quiso saber, el Uchiha. Había obviado la otra parte del trato, que era recuperar su libertad. Pese a que para él era muy importante, sabía que para su compañero no lo era tanto. Aquel no sería un motivo por el que Uchiha Akame se dejase convencer.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado