25/09/2017, 15:18
Warau giró el rostro hacia una voz. Allí estaba el tercer integrante del grupo. El que había salido corriendo. La Risa miró hacia un lado y hacia otro, buscando a la jounin. «Parecía más preocupado antes, eso significa que ella estará por aquí. Debo andarme con oj...»
El genin tenía la mano metida dentro de la ropa, aparentemente, sujetando algo. Warau, que había echado a caminar hacia él a buen paso, se detuvo inmediatamente.
—N... n-no, por f-favor. No toques eso. ¡Devuélvemelo! —bramó, con una actitud totalmente diferente a la que había mostrado anteriormente.
—Esto sin duda cambia un poco las cosas... ¡Quizás si le llevo esto a Arashikage-sama no se enojará tanto por haber dejado morir a mis compañeras...!
«M-mierda, cualquier movimiento con la mano fuera de lugar y... y... N-no...»
—¡¡SUELTA ESO, GILIPO...!!
Una katana atravesó su cuerpo a la altura del corazón. Warau rio. Rio desesperadamente. Y pensar que por un momento le habían hecho sentir miedo a él. ¡A él!
—¡Kishishishi...! Así que se trataba de eso, ¿eh? De una treta para matar al viejo marionetista apuñalándolo por la espalda... Pues adivinad qué.
Dejó que la túnica se escurriera entre sus mangas. Warau era un ser hecho completamente de madera. Shanise abrió los ojos con extrema sorpresa: ni siquiera disponía de un corazón. ¡Aquél hombre no era siquiera humano! ¡Ni una pizca! Tragó saliva.
—Hace tiempo que dejé cualquier atisbo de... limitación atrás. —Warau cogió el filo de la katana y empujó hacia adelante, separándose de la mujer poco a poco—. Ahora, si me disculpáis, creo que debería mata...
Al girarse para encarar a Shanise, Warau vio su mayor temor convertido en realidad. Y por primera vez en su vida, porque ni siquiera lo que había sentido hacía unos segundos se había podido catalogar como tal...
—¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
La Risa lloró.
Ayame avanzó a toda velocidad hacia sus compañeros. Lo hizo desde que vio a Warau buscando el Amuleto, lo hizo desde que Mogura salió de aquél edificio con la mano dentro de la ropa. Vio a Shanise moverse a toda velocidad y clavarle la katana por la espalda al marionetista.
Y entonces, detectó también un brillo a cinco metros de ella, todavía muy por detrás de la otra escena.
«¡Es el Amuleto del Reinicio, señorita! ¡Rápido, por favor, destrúyalo! ¡Destrúyalo! Un ataque normal no bastará, tendrá que dar todo de sí.»
En el interior de la mente de Ayame, el Gobi le dio unas instrucciones.
El genin tenía la mano metida dentro de la ropa, aparentemente, sujetando algo. Warau, que había echado a caminar hacia él a buen paso, se detuvo inmediatamente.
—N... n-no, por f-favor. No toques eso. ¡Devuélvemelo! —bramó, con una actitud totalmente diferente a la que había mostrado anteriormente.
—Esto sin duda cambia un poco las cosas... ¡Quizás si le llevo esto a Arashikage-sama no se enojará tanto por haber dejado morir a mis compañeras...!
«M-mierda, cualquier movimiento con la mano fuera de lugar y... y... N-no...»
—¡¡SUELTA ESO, GILIPO...!!
Una katana atravesó su cuerpo a la altura del corazón. Warau rio. Rio desesperadamente. Y pensar que por un momento le habían hecho sentir miedo a él. ¡A él!
—¡Kishishishi...! Así que se trataba de eso, ¿eh? De una treta para matar al viejo marionetista apuñalándolo por la espalda... Pues adivinad qué.
Dejó que la túnica se escurriera entre sus mangas. Warau era un ser hecho completamente de madera. Shanise abrió los ojos con extrema sorpresa: ni siquiera disponía de un corazón. ¡Aquél hombre no era siquiera humano! ¡Ni una pizca! Tragó saliva.
—Hace tiempo que dejé cualquier atisbo de... limitación atrás. —Warau cogió el filo de la katana y empujó hacia adelante, separándose de la mujer poco a poco—. Ahora, si me disculpáis, creo que debería mata...
Al girarse para encarar a Shanise, Warau vio su mayor temor convertido en realidad. Y por primera vez en su vida, porque ni siquiera lo que había sentido hacía unos segundos se había podido catalogar como tal...
—¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
La Risa lloró.
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Ayame avanzó a toda velocidad hacia sus compañeros. Lo hizo desde que vio a Warau buscando el Amuleto, lo hizo desde que Mogura salió de aquél edificio con la mano dentro de la ropa. Vio a Shanise moverse a toda velocidad y clavarle la katana por la espalda al marionetista.
Y entonces, detectó también un brillo a cinco metros de ella, todavía muy por detrás de la otra escena.
«¡Es el Amuleto del Reinicio, señorita! ¡Rápido, por favor, destrúyalo! ¡Destrúyalo! Un ataque normal no bastará, tendrá que dar todo de sí.»
En el interior de la mente de Ayame, el Gobi le dio unas instrucciones.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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