27/09/2017, 04:00
—¡Es cierto! ¿Cómo se encuentra? El chidori...
La ANBU dejaría ver una sonrisa en su rostro y seguidamente abrazaría al par de genin, repitiendo lo que había hecho Ayame pero con una intención más marcada. El joven médico correspondió el gesto de afecto, no sintió necesidad de seguir las formas durante un instante, después de todo, si su superior no lo hacía... ¿qué obligación tenía él?
—B-bien... ¡Mejor q-que nunca, chicos! Mejor que nunca... Todo ha salido bien...
Ya en la tienda, Shanise se tumbaría en su cama y dejaría escapar un suspiro enorme, que afectos prácticos sirvió como orden para romper cualquier formación y relajarse.
—¡AAAAaaaahhh! Joder, qué a gusto.
Tras un día de viaje, el lugar para pasar la noche no sería Shinogi-to ni nada por el estilo, se terminarían separando un poco del camino, quedando bastante cerca de un lago oculto entre unos riscos rocosos. Nadie tenía nada que hacer por ahí cerca, o al menos ese fue el criterio bajo el cual actuaron.
Habiendo elegido un lugar estratégicamente adecuado, la ANBU se tomó la molestia de crear una barrera con una técnica de sellado no muy ajena al joven médico pero que aún no podía dominar.
No iba a haber guardia esa noche, solo descanso. Pero para descansar de forma adecuada era preciso cenar algo.
—Pero antes tenemos que cenar. Mogura-san, ¿te queda pastel de fresa?
Mogura, quien estaba sentado en su cama acomodando sus cosas, asintió con un gesto de la cabeza.
¡Pensé que no lo preguntaría, Shanise-san...!
Llevó una mano hasta su morral y tomó de su interior el pergamino que contenía lo que quedaba del pastel. Seguidamente lo abriría y liberaría de su sello tres porciones de pastel, todo lo que quedaba.
Una porción para cada uno.
La ANBU dejaría ver una sonrisa en su rostro y seguidamente abrazaría al par de genin, repitiendo lo que había hecho Ayame pero con una intención más marcada. El joven médico correspondió el gesto de afecto, no sintió necesidad de seguir las formas durante un instante, después de todo, si su superior no lo hacía... ¿qué obligación tenía él?
—B-bien... ¡Mejor q-que nunca, chicos! Mejor que nunca... Todo ha salido bien...
· · ·
Ya en la tienda, Shanise se tumbaría en su cama y dejaría escapar un suspiro enorme, que afectos prácticos sirvió como orden para romper cualquier formación y relajarse.
—¡AAAAaaaahhh! Joder, qué a gusto.
Tras un día de viaje, el lugar para pasar la noche no sería Shinogi-to ni nada por el estilo, se terminarían separando un poco del camino, quedando bastante cerca de un lago oculto entre unos riscos rocosos. Nadie tenía nada que hacer por ahí cerca, o al menos ese fue el criterio bajo el cual actuaron.
Habiendo elegido un lugar estratégicamente adecuado, la ANBU se tomó la molestia de crear una barrera con una técnica de sellado no muy ajena al joven médico pero que aún no podía dominar.
No iba a haber guardia esa noche, solo descanso. Pero para descansar de forma adecuada era preciso cenar algo.
—Pero antes tenemos que cenar. Mogura-san, ¿te queda pastel de fresa?
Mogura, quien estaba sentado en su cama acomodando sus cosas, asintió con un gesto de la cabeza.
¡Pensé que no lo preguntaría, Shanise-san...!
Llevó una mano hasta su morral y tomó de su interior el pergamino que contenía lo que quedaba del pastel. Seguidamente lo abriría y liberaría de su sello tres porciones de pastel, todo lo que quedaba.
Una porción para cada uno.
Hablo - Pienso