28/09/2017, 00:02
Era tarde y al día siguiente emprenderíamos la travesía para dejar atrás todo lo sucedido en aquel lugar. Los combates del torneo; el mamonazo de Keisuke, la pelea con Jurete y la humillación a manos de Aotsuki Ayame. Recordaría aquel nombre y en nuestro próximo encuentro le pediría la revancha. Oh, ya lo creo que se la pediría, y así lo haré cuando la vea de nuevo. siempre y cuando sea en el lugar apropiado y en el momento adecuado. Aquel amejin, Amedama Daruu, nos encontramos un par de veces, una en Sendoshi y la otra aquí mismo, en Kitanoya, me caía bien y si me lo encontraba por algún lado me iría a tomar una pizzas con él, ¡Bendito manjar! La charla en el hospital con Jurete y la promesa fallida. No hubo día que no me lamentase por aquello. La jodida revista y aquella noche con Furukawa Eri... la kunoichi glotona, Koko se llamaba. E fin... Habían sido mucho días y habían sido muchas experiencias, unas mejores que otras, pero era consciente de que había cambiado, no solo como shinobi, sino también como persona.
No me había percatado pero alguien dejó una nota bajo la puerta. Me levanté ipsofacto para leerla.
— Jurete... Bien, allí estaré
Me levanté un rato antes de la hora acordada con Jurete. Me duché, rellené mi mochila de viaje y unos minutos antes de las 10 estaba allí, en los sofás de la zona comuna, alejado ya de los pasillos que se habían convertido en mi casa durante todo aquel tiempo. Estaba de brazos cruzados y tenía un caramelo en mi boca. Mis dedos repiqueteaban en mi brazo haciendo pasar el tiempo mientras pensaba qué debería decirle cuando hiciese la inevitable pregunta de la promesa...
No me había percatado pero alguien dejó una nota bajo la puerta. Me levanté ipsofacto para leerla.
Mañana por la mañana vuelvo a casa. Estaré a las diez en la recepción.
Juro
Juro
— Jurete... Bien, allí estaré
...
Me levanté un rato antes de la hora acordada con Jurete. Me duché, rellené mi mochila de viaje y unos minutos antes de las 10 estaba allí, en los sofás de la zona comuna, alejado ya de los pasillos que se habían convertido en mi casa durante todo aquel tiempo. Estaba de brazos cruzados y tenía un caramelo en mi boca. Mis dedos repiqueteaban en mi brazo haciendo pasar el tiempo mientras pensaba qué debería decirle cuando hiciese la inevitable pregunta de la promesa...
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa