29/09/2017, 10:01
Yui se mantuvo en silencio. Sus ojos acerados estaban clavados en Ayame, quien no tardó en bajar la cabeza en un gesto sumiso con el corazón bombeándole con fuerza. Y, tras varios tensos segundos que casi se le antojaron horas, al fin sonrió.
—Me temo que no lo sé, pequeña —respondió Yui.
«¿Cómo? ¿Ni la misma Arashikage sabe lo que es?» Ayame hundió los hombros, profundamente decepcionada.
—Pero, ¿sabes? —añadió entonces la líder de Amegakure—. Tengo curiosidad, y creo que en la biblioteca del tercer piso hay información sobre el tema.
La esperanza aleteó en el pecho de Ayame, reflejada en el brillo de sus ojos y la resplandeciente sonrisa que no pudo contener.
—Yui-sama, ¿qué...? —intervino Shanise, pero Yui la interrumpió alzando la voz por encima de la suya.
—Oye, pequeñaja¿Por qué no bajas un momento allí y te traes el tomo sobre Tipos de Chakra que hay encima del escritorio, ¿eh? Nada más sales del ascensor, es la quinta puerta a la derecha. ¡Venga, muchacha, corre! Tenemos otras cosas importantes de las que hablar. Esperaremos.
—¡Claro, Yui-sama! —exclamó la chiquilla, más feliz que unas castañuelas.
Salió del despacho entre largas zancadas y atravesó el pasillo para tomar el ascensor. Accionó el interruptor, y cuando las puertas se abrieron se internó en él. Una alegre musiquilla la acogió en cuanto las puertas se cerraron detrás de ella, y en pocos segundos Ayame estaba acompañándola con un suave tarareo. Pulsó el tercer botón, y comenzó el descenso.
—Quinta puerta a la derecha... Quinta puerta a la derecha... Quinta puerta a la derecha... —canturreaba para sí, siguiendo la melodía del ascensor.
Y tras un largo rato de descenso, al fin las puertas se abrieron. Ayame echó a andar, sus pasos acelerándose cada vez más por la emoción. ¡Al fin iba a saber lo que era el chakra natural!
—Quinta puerta a la derecha...
—Me temo que no lo sé, pequeña —respondió Yui.
«¿Cómo? ¿Ni la misma Arashikage sabe lo que es?» Ayame hundió los hombros, profundamente decepcionada.
—Pero, ¿sabes? —añadió entonces la líder de Amegakure—. Tengo curiosidad, y creo que en la biblioteca del tercer piso hay información sobre el tema.
La esperanza aleteó en el pecho de Ayame, reflejada en el brillo de sus ojos y la resplandeciente sonrisa que no pudo contener.
—Yui-sama, ¿qué...? —intervino Shanise, pero Yui la interrumpió alzando la voz por encima de la suya.
—Oye, pequeñaja¿Por qué no bajas un momento allí y te traes el tomo sobre Tipos de Chakra que hay encima del escritorio, ¿eh? Nada más sales del ascensor, es la quinta puerta a la derecha. ¡Venga, muchacha, corre! Tenemos otras cosas importantes de las que hablar. Esperaremos.
—¡Claro, Yui-sama! —exclamó la chiquilla, más feliz que unas castañuelas.
Salió del despacho entre largas zancadas y atravesó el pasillo para tomar el ascensor. Accionó el interruptor, y cuando las puertas se abrieron se internó en él. Una alegre musiquilla la acogió en cuanto las puertas se cerraron detrás de ella, y en pocos segundos Ayame estaba acompañándola con un suave tarareo. Pulsó el tercer botón, y comenzó el descenso.
—Quinta puerta a la derecha... Quinta puerta a la derecha... Quinta puerta a la derecha... —canturreaba para sí, siguiendo la melodía del ascensor.
Y tras un largo rato de descenso, al fin las puertas se abrieron. Ayame echó a andar, sus pasos acelerándose cada vez más por la emoción. ¡Al fin iba a saber lo que era el chakra natural!
—Quinta puerta a la derecha...