29/09/2017, 15:01
La Arashikage no pronunció palabra alguna, nadie lo hizo. La vista de la mujer más poderosa de Amegakure estaría clavada en los ojos de Ayame durante unos segundos, la joven kunoichi no pudo soportar la presión y tuvo que agachar la cabeza. Finalmente, Yui sonreiría.
—Me temo que no lo sé, pequeña.
Pronunció la líder y la jinchuuriki se hundió de hombros. No parecía muy alegre con la respuesta. Hubiese sido una admirable muestras de paciencia y autocontrol de no ser porque la cosa siguió. Ni Mogura ni Shanise podrían llegar a hacer nada por ella en aquel momento.
—Pero, ¿sabes? Tengo curiosidad, y creo que en la biblioteca del tercer piso hay información sobre el tema.
Ayame pareció cargarse de energía al escuchar esas palabras, cosa que se vio claramente en su mirada.
—Yui-sama, ¿qué...?
La intervención de Shanise fue prueba suficiente para que Mogura desconfiara de las palabras de su Kage, dudaba que Aotsuki Ayame encontrase lo que buscaba en el lugar a donde la estaban enviando.
—Oye, pequeñaja¿Por qué no bajas un momento allí y te traes el tomo sobre Tipos de Chakra que hay encima del escritorio, ¿eh? Nada más sales del ascensor, es la quinta puerta a la derecha. ¡Venga, muchacha, corre! Tenemos otras cosas importantes de las que hablar. Esperaremos.
—¡Claro, Yui-sama!
El tono de voz de la chica y la esperanza que había en sus ojos hubiesen llenado el corazón de cualquiera.
«Eso es un poco cruel...Arashikage-sama...»
No podía evitar pensar el joven médico al ver lo que estaba pasando. Miró a Ayame retirarse entonces de la habitación y mantuvo la mirada un par de segundos después de que esta dejase la habitación.
«¿Y ahora...?»
Miro entonces a la consejera de Yui. Tenía ganas de preguntar que había en ese lugar donde Ayame estaba yendo. Pero no había oportunidad de consultar o posiblemente le enviarían a verlo por si mismo.
«Tercer piso... puede ser cualquier cosa... Tiene que tener más cuidado Ayame-san...»
Esperaba realmente que nada malo se encontrase dentro de aquella quinta habitación, esperaba que no fuese una prisión o algo que no fuese apto para los ojos de la kunoichi. Esperaba realmente que hubiese un libro aunque una parte muy grande de su persona sabía que no lo sería.
—Me temo que no lo sé, pequeña.
Pronunció la líder y la jinchuuriki se hundió de hombros. No parecía muy alegre con la respuesta. Hubiese sido una admirable muestras de paciencia y autocontrol de no ser porque la cosa siguió. Ni Mogura ni Shanise podrían llegar a hacer nada por ella en aquel momento.
—Pero, ¿sabes? Tengo curiosidad, y creo que en la biblioteca del tercer piso hay información sobre el tema.
Ayame pareció cargarse de energía al escuchar esas palabras, cosa que se vio claramente en su mirada.
—Yui-sama, ¿qué...?
La intervención de Shanise fue prueba suficiente para que Mogura desconfiara de las palabras de su Kage, dudaba que Aotsuki Ayame encontrase lo que buscaba en el lugar a donde la estaban enviando.
—Oye, pequeñaja¿Por qué no bajas un momento allí y te traes el tomo sobre Tipos de Chakra que hay encima del escritorio, ¿eh? Nada más sales del ascensor, es la quinta puerta a la derecha. ¡Venga, muchacha, corre! Tenemos otras cosas importantes de las que hablar. Esperaremos.
—¡Claro, Yui-sama!
El tono de voz de la chica y la esperanza que había en sus ojos hubiesen llenado el corazón de cualquiera.
«Eso es un poco cruel...Arashikage-sama...»
No podía evitar pensar el joven médico al ver lo que estaba pasando. Miró a Ayame retirarse entonces de la habitación y mantuvo la mirada un par de segundos después de que esta dejase la habitación.
«¿Y ahora...?»
Miro entonces a la consejera de Yui. Tenía ganas de preguntar que había en ese lugar donde Ayame estaba yendo. Pero no había oportunidad de consultar o posiblemente le enviarían a verlo por si mismo.
«Tercer piso... puede ser cualquier cosa... Tiene que tener más cuidado Ayame-san...»
Esperaba realmente que nada malo se encontrase dentro de aquella quinta habitación, esperaba que no fuese una prisión o algo que no fuese apto para los ojos de la kunoichi. Esperaba realmente que hubiese un libro aunque una parte muy grande de su persona sabía que no lo sería.
Hablo - Pienso