29/09/2017, 15:36
Pero según entró, Ayame se detuvo en seco. Ante ella no había filas de estanterías repletas de libros, no. Ante ella sólo había seis retretes y seis lavabos con sus seis espejito. Ayame retrocedió un momento y asomó la cabeza al pasillo, preguntándose Si se habría equivocado de puerta o de piso.
Pero no. Era la quinta puerta de la derecha. Y ahí estaba el cartel, anunciando los baños...
—Vaya, vaya. Esa es la cara inconfundible de alguien a quien Yui ha mandado a buscar la biblioteca del tercer piso, ¿verdad? —preguntó un chunin, que se estaba lavando las manos en uno de los lavabos.
—Q... ¿Qué? —balbuceó Ayame, confundida.
—Ya puedes dar la vuelta, chica. Es su forma de librarse de alguien cuando le molesta. Y si vuelves al despacho, más te vale no insistir. No se lo tomaría muy bien.
Toda la emoción que había sentido se desknfló como un globo. Abatida, Ayame agachó la cabeza. Yui se había desecho de ella sin ningún tipo de miramientos para que dejara de husmear como si de una chiquilla se tratara... ¿Pero por qué era tan difícil que alguien respondiera a su pregunta? ¡Ella sólo quería saber lo que era el chakra natural!
Asintió sin una palabra. Pero cuando estaba a punto de salir por la puerta...
—Esto... señor... ¿Usted no sabrá dónde está la biblioteca de verdad, no?
Pero no. Era la quinta puerta de la derecha. Y ahí estaba el cartel, anunciando los baños...
—Vaya, vaya. Esa es la cara inconfundible de alguien a quien Yui ha mandado a buscar la biblioteca del tercer piso, ¿verdad? —preguntó un chunin, que se estaba lavando las manos en uno de los lavabos.
—Q... ¿Qué? —balbuceó Ayame, confundida.
—Ya puedes dar la vuelta, chica. Es su forma de librarse de alguien cuando le molesta. Y si vuelves al despacho, más te vale no insistir. No se lo tomaría muy bien.
Toda la emoción que había sentido se desknfló como un globo. Abatida, Ayame agachó la cabeza. Yui se había desecho de ella sin ningún tipo de miramientos para que dejara de husmear como si de una chiquilla se tratara... ¿Pero por qué era tan difícil que alguien respondiera a su pregunta? ¡Ella sólo quería saber lo que era el chakra natural!
Asintió sin una palabra. Pero cuando estaba a punto de salir por la puerta...
—Esto... señor... ¿Usted no sabrá dónde está la biblioteca de verdad, no?