28/07/2015, 14:15
Eri quedó muda cuando su compañero pelirrojo cogió la bandeja entera y se sirvió lo que venía a ser una ración para cuatro personas. Eri tomó asiento e hizo exáctamente lo mismo que él, sin embargo cogió menos cantidad, pero aún así se metió en el cuerpo dos platos de tallarines, dejando entre ambos la bandeja medio vacía. -Tienes razón, popu.-Dijo la pequeña kunoichi mientras se levantaba y buscaba más comida entre las vitrinas que se alzaban ante ella.
Con un dedo en el mentón como siempre hacía, buscó entre las vitrinas y encontró de todo, pero no se lograba decidir por nada. Encontró arroz, típico, del que solo querría un bol, como siempre tomaba con su madre. Así que lo llenó y lo dejó en la mesa donde se sentaban ambos shinobi. Luego buscó y encontró todo tipo de carne, de la que se sirvió un buen plato, no quería coger la bandeja entera como hizo su compañero... ''Si cojo una y sin querer la tiro por haberme tropezado no me gustaría armar escándalo...''
Así llegó a la mesa con distintos platos a rebosar de una variedad increíble de comida. Sonrió a Yoshi y se dispuso a engullir cada uno de los alimentos que allí se encontraban. Las palabras de su madre resonaban en su cabeza, tal como ''Eri, las señoritas no engullen, mastican y tragan.'' Pero, ¿a quién le importa comer como una señorita cuando la joven tenía más hambre que el perro de un ciego?
-Está todo riquísimo, es tan extraño que la gente no pare por aquí, popu...-Habló Eri en un momento para descansar y tomar algo de agua entre tanta comida.-Ojalá demos con el hombre rápido y así el pueblo vuelva a tomar tranquilidad ante todos esos problemas que han causado.-Dejó escapar el deseo de su boca, y suspiró, volviendo a comer, ahora más despacio que antes.
Poco a poco la comida iba desapareciendo, tal y como hacía su apetito. Eri se dejó descansar sobre la silla donde se encontraba, ya que la mesa estaba llena de platos, bandejas, y todo tipo de elementos relacionados con la comida.
''Entre tanta comida no hemos hablado casi nada, se notaba que estábamos hambrientos.''Pensó la kunoichi, dejando escapar una pequeña risa a penas audible para Yoshi.
-Puf, yo ya estoy casi llena, dejé un espacio para los dulces que se encuentran allí.-Dijo señalando las vitrinas que contenían dichos alimentos.-¿Ya has terminado, popu? Si quieres puedo traerte a ti el postre.-Se ofreció amable la pequeña, levántandose en busca de su último plato del gran festín que se estaban dando.
Con un dedo en el mentón como siempre hacía, buscó entre las vitrinas y encontró de todo, pero no se lograba decidir por nada. Encontró arroz, típico, del que solo querría un bol, como siempre tomaba con su madre. Así que lo llenó y lo dejó en la mesa donde se sentaban ambos shinobi. Luego buscó y encontró todo tipo de carne, de la que se sirvió un buen plato, no quería coger la bandeja entera como hizo su compañero... ''Si cojo una y sin querer la tiro por haberme tropezado no me gustaría armar escándalo...''
Así llegó a la mesa con distintos platos a rebosar de una variedad increíble de comida. Sonrió a Yoshi y se dispuso a engullir cada uno de los alimentos que allí se encontraban. Las palabras de su madre resonaban en su cabeza, tal como ''Eri, las señoritas no engullen, mastican y tragan.'' Pero, ¿a quién le importa comer como una señorita cuando la joven tenía más hambre que el perro de un ciego?
-Está todo riquísimo, es tan extraño que la gente no pare por aquí, popu...-Habló Eri en un momento para descansar y tomar algo de agua entre tanta comida.-Ojalá demos con el hombre rápido y así el pueblo vuelva a tomar tranquilidad ante todos esos problemas que han causado.-Dejó escapar el deseo de su boca, y suspiró, volviendo a comer, ahora más despacio que antes.
Poco a poco la comida iba desapareciendo, tal y como hacía su apetito. Eri se dejó descansar sobre la silla donde se encontraba, ya que la mesa estaba llena de platos, bandejas, y todo tipo de elementos relacionados con la comida.
''Entre tanta comida no hemos hablado casi nada, se notaba que estábamos hambrientos.''Pensó la kunoichi, dejando escapar una pequeña risa a penas audible para Yoshi.
-Puf, yo ya estoy casi llena, dejé un espacio para los dulces que se encuentran allí.-Dijo señalando las vitrinas que contenían dichos alimentos.-¿Ya has terminado, popu? Si quieres puedo traerte a ti el postre.-Se ofreció amable la pequeña, levántandose en busca de su último plato del gran festín que se estaban dando.