29/09/2017, 19:09
—No, no tengo ningún reloj...—
Contestó Inoue Keisuke a las palabras del joven médico de cabello azabache.
—Aunque tengo algo a que añadir.—
Dijo para luego mirar a Karamaru.
—Sería de mala educación y falta de compañerismo por nuestra parte si comemos y él no, digo sí vamos a comer hagamoslo todos al mismo tiempo, seguro también ha de tener hambre y le permitirá sentirse mejor y tener más energías para hacer su turno.—
El médico de cabello rojo hablaba de compañerismo y modales mientras ofrecía comida al muchacho que días atrás había intentado apuñalar y posiblemente aún no había ofrecido una disculpa adecuada. Extrajo entonces un pan redondeado, un poco más grande que la palma de su mano que se veía bastante apetecible, ofrecería primero al calvo.
—Los traje para compartirlo con ustedes.—
Esta bien, gracias, pero tengo lo mío.
Respondió mientras negaba con un gesto de su mano acompañado por su cabeza.
Caminaré los alrededores mientras comen, mejor revisar que no haya alguna amenaza cerca.
Diría mientras Mogura aceptaba el pan que se le ofrecería seguidamente a él. Desde agradecería con un par de gestos formales la buena voluntad de su compañero, a él no le habían clavado ningún kunai y no estaba enojado con nadie.
No vaya muy lejos, Habaki-san. Y tenga cuidado.
Concedería el joven médico mientras se daba a la tarea de dar un bocado a aquel panecillo.
Al cabo de un rato, dejando un espacio de silencio para comer a gusto. Mogura ya habría terminado y estaba más que dispuesto a tener un rato de descanso para sus ojos.
Inoue-san, descansaré un momento. Si sucede algo despiertame, lo mismo si llega mi momento de la guardia.
No pensaba negociar nada con Keisuke, esperaba que este le siguiera y actuara como él mejor lo veía. Se recostó ligeramente contra la ladera de la montaña y se acurrucó en su abrigo para que la menor cantidad de aire fresco le golpeara el rostro, seguidamente cerraría los ojos y se daría a la tarea de dormir un rato.
Contestó Inoue Keisuke a las palabras del joven médico de cabello azabache.
—Aunque tengo algo a que añadir.—
Dijo para luego mirar a Karamaru.
—Sería de mala educación y falta de compañerismo por nuestra parte si comemos y él no, digo sí vamos a comer hagamoslo todos al mismo tiempo, seguro también ha de tener hambre y le permitirá sentirse mejor y tener más energías para hacer su turno.—
El médico de cabello rojo hablaba de compañerismo y modales mientras ofrecía comida al muchacho que días atrás había intentado apuñalar y posiblemente aún no había ofrecido una disculpa adecuada. Extrajo entonces un pan redondeado, un poco más grande que la palma de su mano que se veía bastante apetecible, ofrecería primero al calvo.
—Los traje para compartirlo con ustedes.—
Esta bien, gracias, pero tengo lo mío.
Respondió mientras negaba con un gesto de su mano acompañado por su cabeza.
Caminaré los alrededores mientras comen, mejor revisar que no haya alguna amenaza cerca.
Diría mientras Mogura aceptaba el pan que se le ofrecería seguidamente a él. Desde agradecería con un par de gestos formales la buena voluntad de su compañero, a él no le habían clavado ningún kunai y no estaba enojado con nadie.
No vaya muy lejos, Habaki-san. Y tenga cuidado.
Concedería el joven médico mientras se daba a la tarea de dar un bocado a aquel panecillo.
Al cabo de un rato, dejando un espacio de silencio para comer a gusto. Mogura ya habría terminado y estaba más que dispuesto a tener un rato de descanso para sus ojos.
Inoue-san, descansaré un momento. Si sucede algo despiertame, lo mismo si llega mi momento de la guardia.
No pensaba negociar nada con Keisuke, esperaba que este le siguiera y actuara como él mejor lo veía. Se recostó ligeramente contra la ladera de la montaña y se acurrucó en su abrigo para que la menor cantidad de aire fresco le golpeara el rostro, seguidamente cerraría los ojos y se daría a la tarea de dormir un rato.
Hablo - Pienso