30/09/2017, 16:06
— Lo-lo siento mucho ShinFu-san, no era mi intención menospreciar en absoluto y tenga claro que, aunque no tengamos un aspecto ninjastico, podemos defendernos a nosotros, a usted y a su mercancía, no se preocupe por eso. —
Se relajó rápidamente en vista de que se le notaba claramente arrepentido.
— No te preocupes, Riko-san. Y por favor, deja de llamarme por mi nombre completo, suena raro y me hace sentir más viejo todavía. Llamame Fu-san, Fu-kun o incluso Fu-chan. Pero ShinFu-san, no, por Kami-sama.
—Entiendo su punto, puede que tal vez llamemos más la atención de bandidos y demás —
La kunoichi había dado justo en el clavo, volvió a echar un vistazo rápido a ambos ninjas y suspiró pesadamente. Ambos llamaban la atención y no precisamente por algo que fuese bueno, por lo menos para él que solo quería hacer ese viaje sin incidentes. Riko tenía un cuerpo normalito y un rostro perfecto, lo cual daba el pego como niño rico a la perfección y en el caso de Koko, poca atención iban a prestar los bandidos a su constitución con un busto tan llamativo. La mayoría de bandidos tenían más neuronas pegadas a su aparato reproductor que al cerebro.
— Sinceramente, me preocupa más que salga la mercancía por los aires en medio de la refriega que que os venzan una panda de maleantes. O peor, les pase algo a los caballos, que con lo mayores que están dudo que se recuperen de una herida grave. O leve. Ni de una superficial diría yo.
Estaba claro que tenía más estima por su forma de ganarse la vida que por su vida misma.
Se relajó rápidamente en vista de que se le notaba claramente arrepentido.
— No te preocupes, Riko-san. Y por favor, deja de llamarme por mi nombre completo, suena raro y me hace sentir más viejo todavía. Llamame Fu-san, Fu-kun o incluso Fu-chan. Pero ShinFu-san, no, por Kami-sama.
—Entiendo su punto, puede que tal vez llamemos más la atención de bandidos y demás —
La kunoichi había dado justo en el clavo, volvió a echar un vistazo rápido a ambos ninjas y suspiró pesadamente. Ambos llamaban la atención y no precisamente por algo que fuese bueno, por lo menos para él que solo quería hacer ese viaje sin incidentes. Riko tenía un cuerpo normalito y un rostro perfecto, lo cual daba el pego como niño rico a la perfección y en el caso de Koko, poca atención iban a prestar los bandidos a su constitución con un busto tan llamativo. La mayoría de bandidos tenían más neuronas pegadas a su aparato reproductor que al cerebro.
— Sinceramente, me preocupa más que salga la mercancía por los aires en medio de la refriega que que os venzan una panda de maleantes. O peor, les pase algo a los caballos, que con lo mayores que están dudo que se recuperen de una herida grave. O leve. Ni de una superficial diría yo.
Estaba claro que tenía más estima por su forma de ganarse la vida que por su vida misma.