28/07/2015, 17:34
(Última modificación: 28/07/2015, 17:36 por Uzumaki Eri.)
-Vaya, con que un amigo tuyo experto en este tipo de cosas va a dar con el jefe y lo va a exterminar... Así que, tenemos un trabajo menos pendiente, popu.-Puntualizó Eri, sin embargo soltó un escalofrío imaginándose como un hombre encapuchado asesinaba al jefe, sin piedad, luego intentó borrar las imágenes de su cabeza, se levantó de la mesa, y fue a por los postres despidiéndose de Yoshi con una sonrisa.
''Yoshi tiene razón, los aldeanos tenían máquinas hasta hace poco cerca de la aldea, espero que con el problema resuelto tenga más visitantes, aunque ahora en invierno es difícil por el tiempo, espero que Haru y su padre lleven bien el local...''
Eri estaba inmersa en sus pensamientos pensando qué podría tomar de postre y qué podría gustarle a Yoshi para que comiese alguna de esas delicias que los humanos habían creado. Hacía como dos minutos que se había despedido de Yoshi en la mesa, pero no quería hacerle esperar mucho más, así que miró por las vitrinas y se quedó maravillada por lo que encontró.
-¡DANGOS!-Chilló por toda la estancia, la joven amaba esos dulces, y no podía evitar tomar una cantidad bastante exagerada. ''A Yoshi le encantarán.'' Pensó feliz mientras volvía con un montón de esas bolitas de colores. Una vez allí se sentó y le enseñó a su compañero el plato lleno de bolitas.-Esto es el mejor invento gastronómico del ser humano.-Dijo feliz mientras comía un cacho de uno de los dangos.
Esperó con impaciencia si Yoshi tenía ganas de comer, pero antes de que pudiese tomar uno, Haru apareció. ''OTRA VEZ'' Se permitió añadir la kunoichi.
-¡Hola de nuevo!-La joven recepcionista se acercó a la mesa y comenzó a hablar.-Quería comunicaros que vuestras prendas están listas en vuestras habitaciones, y nada más, preguntaros como estáis.-Dijo tomando uno de los preciados dangos de la kunoichi del remolino.
-Pues, muchísimas gracias Haru, ¿cuánto nos quedaremos Yoshi?-Preguntó la pequeña ninja a su compañero mientras terminaba de comer su bolita.
''Yoshi tiene razón, los aldeanos tenían máquinas hasta hace poco cerca de la aldea, espero que con el problema resuelto tenga más visitantes, aunque ahora en invierno es difícil por el tiempo, espero que Haru y su padre lleven bien el local...''
Eri estaba inmersa en sus pensamientos pensando qué podría tomar de postre y qué podría gustarle a Yoshi para que comiese alguna de esas delicias que los humanos habían creado. Hacía como dos minutos que se había despedido de Yoshi en la mesa, pero no quería hacerle esperar mucho más, así que miró por las vitrinas y se quedó maravillada por lo que encontró.
-¡DANGOS!-Chilló por toda la estancia, la joven amaba esos dulces, y no podía evitar tomar una cantidad bastante exagerada. ''A Yoshi le encantarán.'' Pensó feliz mientras volvía con un montón de esas bolitas de colores. Una vez allí se sentó y le enseñó a su compañero el plato lleno de bolitas.-Esto es el mejor invento gastronómico del ser humano.-Dijo feliz mientras comía un cacho de uno de los dangos.
Esperó con impaciencia si Yoshi tenía ganas de comer, pero antes de que pudiese tomar uno, Haru apareció. ''OTRA VEZ'' Se permitió añadir la kunoichi.
-¡Hola de nuevo!-La joven recepcionista se acercó a la mesa y comenzó a hablar.-Quería comunicaros que vuestras prendas están listas en vuestras habitaciones, y nada más, preguntaros como estáis.-Dijo tomando uno de los preciados dangos de la kunoichi del remolino.
-Pues, muchísimas gracias Haru, ¿cuánto nos quedaremos Yoshi?-Preguntó la pequeña ninja a su compañero mientras terminaba de comer su bolita.