1/10/2017, 20:12
Pude detectar con precisión el momento en que aquella mujer se percató de mi mera presencia, daba saltitos de alegría contenida y parecía que iba a explotar en cualquier momento. Por contra, Setsuna se mostraba serena y calmada, eso sí, sonriente como pocas veces.
De pronto mamá echó a correr cuando estábamos cruzando la puerta de salida y los guardias que la custodiaban se despedían de nosotros. Inevitablemente me envolvió con sus brazos, llorando de alegría y con los nervios perdidos por el camino.
— AYYYYYYYYYYYY, MI YOTITAAAAAA — berreaba a pleno pulmón, sin tener siquiera en consideración la vergüenza que estaba produciendo en mi cuerpo.
«Tierra trágame»
— ¡Estuviste genial! Estoy taaaaaaaaaaaaan orgullosa de ti. Si tu padre te viera...
Empezó a besuquearme, manosearme el pelo y todas esas cosas que hace una madre cuando se reencuentra con su repollo.
— Joder, deja de hacer eso, por dios, ¡Sabes que no me gusta!
No, no me gustaba que me besuquease ahí en medio. Menos delante de Juro y Daigo. Se apartó un poco y me miró fijamente, al igual que Setsuna.
Su mano diestra, abierta y con los dedos separados se dibujó en mi mejilla de un color más oscuro que el de mi propia piel ya bronceada de por si.
— Ay, perdona... Pero es que a veces me haces perder los nervios, parece que no te alegras de volver a ver a tu madre, Yotita
— Sabes que no es eso...
— Bueno, venga volvamos. Hay sitio para todos, ¡Vamos, chicos!
Si, se lo dijo a Daigo y a Juro. Ellos también podrían montarse en el carromato si así lo deseaban. Setsuna seguía sin mediar palabra, bastante seria.
— Por cierto, mamá... Sobre papá... quería hablar sobre algo cuando hayamos vuelta
Se quedó algo confusa, aunque claro, en parte era normal.
De pronto mamá echó a correr cuando estábamos cruzando la puerta de salida y los guardias que la custodiaban se despedían de nosotros. Inevitablemente me envolvió con sus brazos, llorando de alegría y con los nervios perdidos por el camino.
— AYYYYYYYYYYYY, MI YOTITAAAAAA — berreaba a pleno pulmón, sin tener siquiera en consideración la vergüenza que estaba produciendo en mi cuerpo.
«Tierra trágame»
— ¡Estuviste genial! Estoy taaaaaaaaaaaaan orgullosa de ti. Si tu padre te viera...
Empezó a besuquearme, manosearme el pelo y todas esas cosas que hace una madre cuando se reencuentra con su repollo.
— Joder, deja de hacer eso, por dios, ¡Sabes que no me gusta!
No, no me gustaba que me besuquease ahí en medio. Menos delante de Juro y Daigo. Se apartó un poco y me miró fijamente, al igual que Setsuna.
¡PLAS!
Su mano diestra, abierta y con los dedos separados se dibujó en mi mejilla de un color más oscuro que el de mi propia piel ya bronceada de por si.
— Ay, perdona... Pero es que a veces me haces perder los nervios, parece que no te alegras de volver a ver a tu madre, Yotita
— Sabes que no es eso...
— Bueno, venga volvamos. Hay sitio para todos, ¡Vamos, chicos!
Si, se lo dijo a Daigo y a Juro. Ellos también podrían montarse en el carromato si así lo deseaban. Setsuna seguía sin mediar palabra, bastante seria.
— Por cierto, mamá... Sobre papá... quería hablar sobre algo cuando hayamos vuelta
Se quedó algo confusa, aunque claro, en parte era normal.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa