2/10/2017, 21:05
El tabernero, un hombre de bigote y barba, accedió con cierta molestia, pero sin más se retiró a un lugar al que mis ojos no podían seguirle, no tardó más de unos pocos segundos para volver con un vaso de madera lleno de té verde y unos cubitos de hielo flotando en el líquido. —Gracias.— Agarré el vaso y bebí, sentí un alivio y frescura tras el primer trago.
Miré el reloj de la pared, faltaba poco para las once en punto, ¿sería puntual? Dudaba que se tratase de un irresponsable, pero no podía asegurar nada, solo esperaba no llevarme un fiasco. Me relajé un poco mientras seguía bebiendo, pero ahora mi mirada se paseaba por la estrecha taberna, cuatro individuos más se encontraban sentado en las mesas, un par en una mesa y los otros dos separados.
No obstante, mis ojos se quedaron fijos en el chico de cabellera verde. "¿Daigo?" Me preguntaba mientras agudizaba un poco más mi vista para asegurar de que era él y no lo confundía con nadie más.
Repentinamente el par de aldeanos se esfumó con movimientos nerviosos del lugar, volteé para dejar el vaso de madera, vacío, en la barra y pagar, pero el tabernero ya no estaba. "¿Qué pasa aquí?" Agudicé mis sentidos por un momento, ¿acaso iba a ocurrir algo y no me había dado cuenta? Llevé mi mano a donde debería estar mi porta-objetos, por puro instinto, pero ahí no había nada... Todo estaba en el bolso.
El augurio de la puerta anunció la presencia de una cuarta persona, un figura encapuchada y con una túnica se acercó, no pude ver nada más que su nariz y labios. Seguí sus pasos con mis orbes hasta que se posó con comodidad en una de las viejas sillas de madera.
"Parece que tiene las influencias suficientes como para reservar la taberna pera sus fines."
—Buenas noches.— Salude como respuesta y me acerqué a la mesa, tomé una silla y me senté. Su voz se alteró por unos segundos, ¿estaría bien? —Nada fuera de lo normal.— Comenté.
Mis orbes pasearon directamente por los rostro de los otros dos shinobis que se encontraban ahí, fue difícil no reconocerlos a esa distancia, "Tsukiyama Daigo y Uchiha Akame, el ganador del torneo de los dojos. ¿Cómo olvidarlo?" Aunque me sentí aliviado de ver a alguien conocido, no hice un gesto en especial para demostrarlo, no sabía de que se trataba todo esto y el factor sorpresa podría server.
—¿Con quién tenemos el honor?— Pregunté una vez los Daigo y Akame hubieran respondido, quería saber como se llamaba la persona que me había citado.
Miré el reloj de la pared, faltaba poco para las once en punto, ¿sería puntual? Dudaba que se tratase de un irresponsable, pero no podía asegurar nada, solo esperaba no llevarme un fiasco. Me relajé un poco mientras seguía bebiendo, pero ahora mi mirada se paseaba por la estrecha taberna, cuatro individuos más se encontraban sentado en las mesas, un par en una mesa y los otros dos separados.
No obstante, mis ojos se quedaron fijos en el chico de cabellera verde. "¿Daigo?" Me preguntaba mientras agudizaba un poco más mi vista para asegurar de que era él y no lo confundía con nadie más.
Repentinamente el par de aldeanos se esfumó con movimientos nerviosos del lugar, volteé para dejar el vaso de madera, vacío, en la barra y pagar, pero el tabernero ya no estaba. "¿Qué pasa aquí?" Agudicé mis sentidos por un momento, ¿acaso iba a ocurrir algo y no me había dado cuenta? Llevé mi mano a donde debería estar mi porta-objetos, por puro instinto, pero ahí no había nada... Todo estaba en el bolso.
El augurio de la puerta anunció la presencia de una cuarta persona, un figura encapuchada y con una túnica se acercó, no pude ver nada más que su nariz y labios. Seguí sus pasos con mis orbes hasta que se posó con comodidad en una de las viejas sillas de madera.
"Parece que tiene las influencias suficientes como para reservar la taberna pera sus fines."
—Buenas noches.— Salude como respuesta y me acerqué a la mesa, tomé una silla y me senté. Su voz se alteró por unos segundos, ¿estaría bien? —Nada fuera de lo normal.— Comenté.
Mis orbes pasearon directamente por los rostro de los otros dos shinobis que se encontraban ahí, fue difícil no reconocerlos a esa distancia, "Tsukiyama Daigo y Uchiha Akame, el ganador del torneo de los dojos. ¿Cómo olvidarlo?" Aunque me sentí aliviado de ver a alguien conocido, no hice un gesto en especial para demostrarlo, no sabía de que se trataba todo esto y el factor sorpresa podría server.
—¿Con quién tenemos el honor?— Pregunté una vez los Daigo y Akame hubieran respondido, quería saber como se llamaba la persona que me había citado.