2/10/2017, 22:10
Una noche tranquila era la que rodeaba al calvo en su caminata nocturna. El palito que sujetaba su comida ya se había encontrado con el suelo hacía ya tiempo y disfrutaba caminar con una tranquilidad semejante a caminar en la seguridad de su propia casa. Las manos en la nuca, como solía hacer, y la espalda un poco corvada terminaban un paisaje visual oscuro por la falta de luz.
Nada se movía y nada se escuchaba, solamente los tarareos y silbidos con ritmo que iba dando el monje a medida que pasaba el tiempo era lo único que rompía la máxima y casi perfecta tranquilidad de la noche.
Supongo que tengo que volver, ya habrán terminado de comer y querrán descansar.
De hecho, deben descansar. Es tu turno tonto
Sin embargo, no aceleró el paso para su vuelta que, para su sorpresa, sucedió con ningún percance. Ya de lejos podía ver una silueta en su lugar de acampe, la cabellera roja que comenzó a notarse poco a poco mientras se acercaba, delataban a aquella sombra como Keisuke.
Yo me encargo.- le dijo seco y cortante, haciendo una señal con la mano de que se aleje, que se vaya a dormir.
Se sentó en el suelo, con las rodillas cerca del pecho y sus brazos cruzados sobre ellas, hasta el momento del cambio. Cuando había pasado ya tiempo, y sus ojos comenzaban a cerrarse por la falta de sueño, se dirigió a Mogura y lo sacudió para que se despertase y él pudiera acostarse para dormir.
Nada se movía y nada se escuchaba, solamente los tarareos y silbidos con ritmo que iba dando el monje a medida que pasaba el tiempo era lo único que rompía la máxima y casi perfecta tranquilidad de la noche.
Supongo que tengo que volver, ya habrán terminado de comer y querrán descansar.
De hecho, deben descansar. Es tu turno tonto
Sin embargo, no aceleró el paso para su vuelta que, para su sorpresa, sucedió con ningún percance. Ya de lejos podía ver una silueta en su lugar de acampe, la cabellera roja que comenzó a notarse poco a poco mientras se acercaba, delataban a aquella sombra como Keisuke.
Yo me encargo.- le dijo seco y cortante, haciendo una señal con la mano de que se aleje, que se vaya a dormir.
Se sentó en el suelo, con las rodillas cerca del pecho y sus brazos cruzados sobre ellas, hasta el momento del cambio. Cuando había pasado ya tiempo, y sus ojos comenzaban a cerrarse por la falta de sueño, se dirigió a Mogura y lo sacudió para que se despertase y él pudiera acostarse para dormir.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘