3/10/2017, 20:14
Datsue, al contrario de lo que se pudiese pensar, tan solo cerró la puerta de su apartamento con una pequeña llave. Una llave que, en vez de guardar en el bolsillo, se selló en el pecho. Luego se llevó el dedo índice a la cerradura, y tras unos breves segundos…
«Listo»
Una técnica había sido sellada, con una condición muy particular para activarse. Una técnica que serviría mucho mejor como medida disuasoria que cualquier cerradura que pusiese.
Se llevó las manos a los bolsillos traseros de su pantalón y resopló. La pregunta de Nabi —que quería saber sobre lo que había sido su vida en su ausencia— tenía una respuesta demasiado larga. Optó por centrase en lo bueno.
—Muchas cosas, tío. Muchas cosas. —¿Por dónde podía empezar?—. ¿No habías sido tú quien me había puesto el apodo de Datsue el Intrépido? Pues ahora ya se me ha quedado hasta corto. Ahora me conocen como el Hermano del Desierto —miró a un lado y a otro, asegurándose de que no había nadie más bajando por las escaleras. Entonces se inclinó hacia Nabi y, en susurros, añadió:—. O Datsue el Matakages, cuando creen que nadie más les escucha. Un apodo horrible, por supuesto —aseguró, aunque acababa de henchir el pecho como un pavo real. Poco a poco, y a medida que bajaban por las escaleras, Datsue volvía a aproximarse a ese chico algo canalla y presumido que Nabi había conocido en la Academia.
»¿Y tú qué? —preguntó, interesándose—. ¡Pensé que alguna kusareña te había echado el anzuelo y ya no volvías! ¿Qué te entretuvo tanto ahí afuera?
«Listo»
Una técnica había sido sellada, con una condición muy particular para activarse. Una técnica que serviría mucho mejor como medida disuasoria que cualquier cerradura que pusiese.
Se llevó las manos a los bolsillos traseros de su pantalón y resopló. La pregunta de Nabi —que quería saber sobre lo que había sido su vida en su ausencia— tenía una respuesta demasiado larga. Optó por centrase en lo bueno.
—Muchas cosas, tío. Muchas cosas. —¿Por dónde podía empezar?—. ¿No habías sido tú quien me había puesto el apodo de Datsue el Intrépido? Pues ahora ya se me ha quedado hasta corto. Ahora me conocen como el Hermano del Desierto —miró a un lado y a otro, asegurándose de que no había nadie más bajando por las escaleras. Entonces se inclinó hacia Nabi y, en susurros, añadió:—. O Datsue el Matakages, cuando creen que nadie más les escucha. Un apodo horrible, por supuesto —aseguró, aunque acababa de henchir el pecho como un pavo real. Poco a poco, y a medida que bajaban por las escaleras, Datsue volvía a aproximarse a ese chico algo canalla y presumido que Nabi había conocido en la Academia.
»¿Y tú qué? —preguntó, interesándose—. ¡Pensé que alguna kusareña te había echado el anzuelo y ya no volvías! ¿Qué te entretuvo tanto ahí afuera?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado