4/10/2017, 00:11
Nabi se extrañó por los concienzudos métodos de seguridad que Datsue tenía en su casa, y le preguntó que qué guardaba allí. Como era una pregunta incómoda, el Uchiha optó por soltar una carcajada, tomándosela a broma. Así ni respondía ni quedaba mal por ello.
Luego el muy cabrón criticó su nuevo apodo. ¡Con lo chulo que a él le parecía! Sin embargo, el segundo apodo le sonó mejor. A Datsue también le sonaba bien, pero todavía no se había atrevido a ir proclamándose como el Matakages. No por parecer demasiado presuntuoso, sino porque probablemente le acarrearía algún que otro disgusto.
Cuando al fin terminaron de bajar los nueve pisos del apartamento, los dos shinobis y el perro se adentraron en el restaurante, mientras Nabi le relataba sus vivencias. Al parecer, se había ido a conectar con la naturaleza, y había regresado con un perro. El Uchiha sabía que era tradición en su clan que todos sus miembros tuviesen uno. O al menos la mayoría. Había oído, incluso, que les ayudaban en el combate. Miró por segunda vez al perro. No parecía muy… agresivo, que se diga.
—¿Hacerte un completo? —preguntó, repitiendo las palabras de Nabi. Entonces esbozó una sonrisa—. Ya me estoy haciendo a una idea del tipo de naturaleza con el que conectaste…
Tras la broma, corrigió a Nabi en la pronunciación del nombre de Akame, y le aseguró que se lo contaría todo… una vez tuviese el estómago debidamente lleno. Así que, tras saludar a Akimichi Yuriko, la nieta de la anterior jefa del local y que estaba haciendo una tortilla tras la barra del buffet, se dispuso a llenar su bandeja con todo tipo de comida —cien por cien libre de huevo—: un par de bolitas de arroz; un bol de estofado de algas —que sabía mucho mejor de lo que sonaba—; un bol con judías; un vaso de zumo; y, finalmente, unas tostadas de mermelada.
El Uchiha se sentó en una esquina del local y empezó a devorar la comida como un león hambriento.
Luego el muy cabrón criticó su nuevo apodo. ¡Con lo chulo que a él le parecía! Sin embargo, el segundo apodo le sonó mejor. A Datsue también le sonaba bien, pero todavía no se había atrevido a ir proclamándose como el Matakages. No por parecer demasiado presuntuoso, sino porque probablemente le acarrearía algún que otro disgusto.
Cuando al fin terminaron de bajar los nueve pisos del apartamento, los dos shinobis y el perro se adentraron en el restaurante, mientras Nabi le relataba sus vivencias. Al parecer, se había ido a conectar con la naturaleza, y había regresado con un perro. El Uchiha sabía que era tradición en su clan que todos sus miembros tuviesen uno. O al menos la mayoría. Había oído, incluso, que les ayudaban en el combate. Miró por segunda vez al perro. No parecía muy… agresivo, que se diga.
—¿Hacerte un completo? —preguntó, repitiendo las palabras de Nabi. Entonces esbozó una sonrisa—. Ya me estoy haciendo a una idea del tipo de naturaleza con el que conectaste…
Tras la broma, corrigió a Nabi en la pronunciación del nombre de Akame, y le aseguró que se lo contaría todo… una vez tuviese el estómago debidamente lleno. Así que, tras saludar a Akimichi Yuriko, la nieta de la anterior jefa del local y que estaba haciendo una tortilla tras la barra del buffet, se dispuso a llenar su bandeja con todo tipo de comida —cien por cien libre de huevo—: un par de bolitas de arroz; un bol de estofado de algas —que sabía mucho mejor de lo que sonaba—; un bol con judías; un vaso de zumo; y, finalmente, unas tostadas de mermelada.
El Uchiha se sentó en una esquina del local y empezó a devorar la comida como un león hambriento.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado