4/10/2017, 01:28
Considerando la complexión de la kunoichi, podría pasarse un buen par de días sin comer que no moriría de inanición, pero el hambre seguramente sería insoportable y con lo caprichosa que puede ser en ese aspecto seguramente terminaría por ser una molestia y tendría en todo caso que pagar por las molestias.
De cualquier forma, pasado un buen tiempo y recorrido un tramo importante del viaje, llegaron a una especie de construcción algo rotosa que parecía ser un buen lugar para que los viajeros descansaran. Y así lo propuso el cliente, quien sin esperar alguna respuesta de nadie hizo que los caballos se detuvieran para que pudieran comer y beber.
Koko se bajó del carromato con su bolso al alcance y… Para cuando Shin Fu propuso comer, Riko comenzó a hacer aparecer su propia comida de la bendita nada, probablemente por alguna técnica de Fuuinjutsu que en cierto modo despertaba la envidia de la pecosa. «Lo que daría por poder invocar comida »pensaba mientras rebuscaba en su bolso por la comida que se había traído.
—Oh, gracias pero yo también traje lo mío —le respondió con una cordial sonrisa al mayor.
No se había tomado demasiado trabajo a la hora de preparar su comida, de ahí que ella también tuviese unos onigiris aunque todos eran exactamente del mismo tipo, un bollo de arroz con un alga y rellenos con algo de queso. Simples y poco apetitosos probablemente, pero suficiente para satisfacer los antojos de una kunoichi.
—Buen provecho —dijo en un tono algo más bajo que el peli-blanco.
La rubia había decidido sentarse de modo que pudiera observar perfectamente el carromato, de esa forma podría vigilarlo mientras comía. Curiosamente, esta vez estaba comiendo como una persona civilizada, tomándose su tiempo para masticar cada porción que se llevaba a la boca.
De cualquier forma, pasado un buen tiempo y recorrido un tramo importante del viaje, llegaron a una especie de construcción algo rotosa que parecía ser un buen lugar para que los viajeros descansaran. Y así lo propuso el cliente, quien sin esperar alguna respuesta de nadie hizo que los caballos se detuvieran para que pudieran comer y beber.
Koko se bajó del carromato con su bolso al alcance y… Para cuando Shin Fu propuso comer, Riko comenzó a hacer aparecer su propia comida de la bendita nada, probablemente por alguna técnica de Fuuinjutsu que en cierto modo despertaba la envidia de la pecosa. «Lo que daría por poder invocar comida »pensaba mientras rebuscaba en su bolso por la comida que se había traído.
—Oh, gracias pero yo también traje lo mío —le respondió con una cordial sonrisa al mayor.
No se había tomado demasiado trabajo a la hora de preparar su comida, de ahí que ella también tuviese unos onigiris aunque todos eran exactamente del mismo tipo, un bollo de arroz con un alga y rellenos con algo de queso. Simples y poco apetitosos probablemente, pero suficiente para satisfacer los antojos de una kunoichi.
—Buen provecho —dijo en un tono algo más bajo que el peli-blanco.
La rubia había decidido sentarse de modo que pudiera observar perfectamente el carromato, de esa forma podría vigilarlo mientras comía. Curiosamente, esta vez estaba comiendo como una persona civilizada, tomándose su tiempo para masticar cada porción que se llevaba a la boca.