5/10/2017, 22:25
—Joder… ¡Pensé que estaba claro! . No creerás que me iba a dejar empatar con un kusareño, ¿no? ¡Pues claro que era de Ame!
— No sé, Datsue. No te reconozco, tú regalando algo, aunque sea un combate. Flipando estoy.
Despues me contó la historia de Daruu, el ninja fantástico, pero esa tal Eri, que no era nuestra Eri estaba hasta en la sopa. Por lo que contaba, Daruu parecía tener cuatro piernas, tres brazos y todos ellos musculado hasta el extremo. Podía hacer sellos con un dedo y tenía una velocidad digna de tres uzuneses. Sonaba a exagerado desde Shinogi-to.
Sabía la tendencía que tenía Datsue a exagerar, vamos, le había oído contar historias que yo había vivido a su lado y ojalá hubiera vivido su relato en vez de la realidad que casi siempre decepcionaba en comparación, aunque seguramente parte de aquello fuera verdad. La cosa era ¿qué parte? Pues ni idea, macho. Así que de momento como única versión de los hechos de la que disponía, tendría que tragarmela. Si me acordaba al día siguiente. Aunque el nombre de Daruu se había grabado a fuego en mi mente junto a una nota de DEMONIO DE TRES CABEZAS ESCUPE FUEGO.
Finalmente, Datsue accedió a contarme su oscuro secreto con el pero de que no se lo contase a nadie sin que me preguntase.
— Ya sabes que si no me preguntan no digo ni media.
Y así procedió a darme una descripción de Akame que me dejó una imagen de masculinidad pura y dura y una nariz de bruja de cuidado. Era como cuando coges un Ninjactionman y le pones la cabeza de la mala de las muñecas de tu hermana pequeña. Pues más o menos igual. Además un unicejo muy chungo que siempre está fruncido porque es extra estricto.
Pues con esa imagen en la cabeza, Datsue empieza a hacerme entre ver algo y empieza a reirse. No tenía ni idea de qué quería decirme, pero su risa se me contagió poco a poco, primero mientras él iba teniendo una risa tonta, yo sonreía sin más levantando los hombros en plan: ¿Estás bien?
Había visto a Datsue sufrir episodios de alergía, como nadie, COMO NADIE, esos pedos a los demás les dolían pero a mi me dejaba temblando de puro terror en el suelo. Y eso que yo aguanto esas cosas con una entereza envidiable, pero en un sitio cerrado y el nivel de contaminación que emanaba el Uchiha... terrible, sencillamente terrible. Pero ¿qué coño le pasa a un alergico al queso?
Entonces especificó y me descojoné. Mi imaginación no daba para mucho, pero un cuerpo musculado hasta las trancas con cara de bruja uniceja cabreada potandole en la cara a un Akimichi y cagandose encima al mismo tiempo era una imagen para recordar.
— ¿En... en serio?
Le dije entre carcajadas con el poco de aire que tenía. Volví a tomarme un tiempo con la frente apoyada en la mesa.
— Pero eso, delante de Akimichi Yakisoba, el que debería ser kage. Porque, joder, olvidate del torneo, el verdadero triunfo de Akame fue salir vivo de allí, potando y cagandole a un candidato a kage.
Entonces el loco de Datsue me dice que Yakisoba no era Yakisoba, y me deja la cabeza fuera de la cabeza. Y no solo eso, sino que me da pie a que adivine quien era en realidad. En ese punto yo ya me he vuelto loco.
— No me lo digas, Eri, pero no nuestra Eri, la otra Eri. No, no, no. Era el kage de Kusagakure que quería matarte por tantos insultos a su villa, noooo, ¡era un panda! Dios, tendría que haber sido un panda y haberos dicho, ¿os habeis quedado en blanco... o en negro? ESPERA, era Yakisoba, y se hacía pasar por si mismo. Entonces os dejó ciegos de tanta absurdancia.
— No sé, Datsue. No te reconozco, tú regalando algo, aunque sea un combate. Flipando estoy.
Despues me contó la historia de Daruu, el ninja fantástico, pero esa tal Eri, que no era nuestra Eri estaba hasta en la sopa. Por lo que contaba, Daruu parecía tener cuatro piernas, tres brazos y todos ellos musculado hasta el extremo. Podía hacer sellos con un dedo y tenía una velocidad digna de tres uzuneses. Sonaba a exagerado desde Shinogi-to.
Sabía la tendencía que tenía Datsue a exagerar, vamos, le había oído contar historias que yo había vivido a su lado y ojalá hubiera vivido su relato en vez de la realidad que casi siempre decepcionaba en comparación, aunque seguramente parte de aquello fuera verdad. La cosa era ¿qué parte? Pues ni idea, macho. Así que de momento como única versión de los hechos de la que disponía, tendría que tragarmela. Si me acordaba al día siguiente. Aunque el nombre de Daruu se había grabado a fuego en mi mente junto a una nota de DEMONIO DE TRES CABEZAS ESCUPE FUEGO.
Finalmente, Datsue accedió a contarme su oscuro secreto con el pero de que no se lo contase a nadie sin que me preguntase.
— Ya sabes que si no me preguntan no digo ni media.
Y así procedió a darme una descripción de Akame que me dejó una imagen de masculinidad pura y dura y una nariz de bruja de cuidado. Era como cuando coges un Ninjactionman y le pones la cabeza de la mala de las muñecas de tu hermana pequeña. Pues más o menos igual. Además un unicejo muy chungo que siempre está fruncido porque es extra estricto.
Pues con esa imagen en la cabeza, Datsue empieza a hacerme entre ver algo y empieza a reirse. No tenía ni idea de qué quería decirme, pero su risa se me contagió poco a poco, primero mientras él iba teniendo una risa tonta, yo sonreía sin más levantando los hombros en plan: ¿Estás bien?
Había visto a Datsue sufrir episodios de alergía, como nadie, COMO NADIE, esos pedos a los demás les dolían pero a mi me dejaba temblando de puro terror en el suelo. Y eso que yo aguanto esas cosas con una entereza envidiable, pero en un sitio cerrado y el nivel de contaminación que emanaba el Uchiha... terrible, sencillamente terrible. Pero ¿qué coño le pasa a un alergico al queso?
Entonces especificó y me descojoné. Mi imaginación no daba para mucho, pero un cuerpo musculado hasta las trancas con cara de bruja uniceja cabreada potandole en la cara a un Akimichi y cagandose encima al mismo tiempo era una imagen para recordar.
— ¿En... en serio?
Le dije entre carcajadas con el poco de aire que tenía. Volví a tomarme un tiempo con la frente apoyada en la mesa.
— Pero eso, delante de Akimichi Yakisoba, el que debería ser kage. Porque, joder, olvidate del torneo, el verdadero triunfo de Akame fue salir vivo de allí, potando y cagandole a un candidato a kage.
Entonces el loco de Datsue me dice que Yakisoba no era Yakisoba, y me deja la cabeza fuera de la cabeza. Y no solo eso, sino que me da pie a que adivine quien era en realidad. En ese punto yo ya me he vuelto loco.
— No me lo digas, Eri, pero no nuestra Eri, la otra Eri. No, no, no. Era el kage de Kusagakure que quería matarte por tantos insultos a su villa, noooo, ¡era un panda! Dios, tendría que haber sido un panda y haberos dicho, ¿os habeis quedado en blanco... o en negro? ESPERA, era Yakisoba, y se hacía pasar por si mismo. Entonces os dejó ciegos de tanta absurdancia.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)