6/10/2017, 23:25
Al encontrar al veterinario descubrí que estaba en el territorio de Morfeo, pero había una vida en juego y no dudé en despertarle.
—Ya voy, ya voy —dijo con cierto pesar.
Una vez comenzó a movilizarse, caminé tras de él, seguí su figura con pasos rápidos a través de aquellas paredes de madera que me parecieron un laberinto, sí no hubiera estado con el guía me hubiera perdido en el camino, el lugar era más grande por dentro de lo que parecía por fuera. Finalmente llegamos a una habitación cálida, pude ver a Koutetsu echando leña a una chimenea para mantener la calidez del área y al tuerto justo al lado del cuerpo de la femenina, el cual estaba sobre unas pieles, naturales lo más seguro.
Tras observar la escena, el ahora "médico" se manifestó con disgusto, echándole la culpa al jorobado, pero éste no se quedó callado y hubo una pequeña polémica por unos instantes, en la cual fui un espectador más, al igual que el peliblanco. El examen empezó y el silencio reinó, ahora solo quedaba esperar, estaba a la expectativa de lo que diría el veterinario, quien se tomó su tiempo en revisar cada parte del cuerpo para luego sacar un estetoscopio e ir escuchando con calma los ruidos que pudiera transmitir el cuerpo.
—Bueno, les tengo a todos buenas y malas noticias… ¿Cuáles quieren escuchar primero? —
—En lo personal me gustaría escuchar primero las malas noticias.— Comenté al instante que hizo la pregunta, me moría de curiosidad por saber sus hallazgos, sería una buena experiencia de la que aprender.
—Ya voy, ya voy —dijo con cierto pesar.
Una vez comenzó a movilizarse, caminé tras de él, seguí su figura con pasos rápidos a través de aquellas paredes de madera que me parecieron un laberinto, sí no hubiera estado con el guía me hubiera perdido en el camino, el lugar era más grande por dentro de lo que parecía por fuera. Finalmente llegamos a una habitación cálida, pude ver a Koutetsu echando leña a una chimenea para mantener la calidez del área y al tuerto justo al lado del cuerpo de la femenina, el cual estaba sobre unas pieles, naturales lo más seguro.
Tras observar la escena, el ahora "médico" se manifestó con disgusto, echándole la culpa al jorobado, pero éste no se quedó callado y hubo una pequeña polémica por unos instantes, en la cual fui un espectador más, al igual que el peliblanco. El examen empezó y el silencio reinó, ahora solo quedaba esperar, estaba a la expectativa de lo que diría el veterinario, quien se tomó su tiempo en revisar cada parte del cuerpo para luego sacar un estetoscopio e ir escuchando con calma los ruidos que pudiera transmitir el cuerpo.
—Bueno, les tengo a todos buenas y malas noticias… ¿Cuáles quieren escuchar primero? —
—En lo personal me gustaría escuchar primero las malas noticias.— Comenté al instante que hizo la pregunta, me moría de curiosidad por saber sus hallazgos, sería una buena experiencia de la que aprender.