7/10/2017, 14:27
—Está bien, conozco un buen puesto de fideos aquí cerca, suelen cerrar tarde y el propietario es muy majo conmigo.
— Donde tú quieras, Eri-chan.
Empezamos a andar detrás de la pelirroja que tomó la delantera, Stuffy iba a un lado suyo y yo al otro, el muy cabrón ya me había abandonado por un olor más agradable. No le dije nada, pero estaba claro que no prestó atención a lo que dijo Eri, que ibamos a un sitio de fideos. Comida que él no podía comer.
—Está a un par de calles, a unos cinco minutos andando, está bien para dar un paseo. Bueno, cuéntame, ¿qué hiciste a lo largo de todo tu viaje?
— Sobrevivir, básicamente, no es algo que debería detallar ante una chica, podrías acabar echando más comida fuera de tu cuerpo de la que vas a meterte ahora. Así que cuentame tú, ¿qué has estado haciendo?
Ahora los recuerdos de vivir yendo de mierda hasta el cuello literalmente parecían incluso nostalgicos, sabiendo que ahora tenía que volver a vestirme e ir limpio por el mundo. Aunque la compañia y la comida merecían la pena. Sobretodo si la compañia era una hermosa kunoichi pelirroja, seguro que muchos se morirían de envidia.
— La verdad es que te veo muy bien, aunque esperaba que hubieses crecido más, me refiero a que ¿no es ahora cuando os crecen los pechos a las chicas? Porque tú estás igual.
— Donde tú quieras, Eri-chan.
Empezamos a andar detrás de la pelirroja que tomó la delantera, Stuffy iba a un lado suyo y yo al otro, el muy cabrón ya me había abandonado por un olor más agradable. No le dije nada, pero estaba claro que no prestó atención a lo que dijo Eri, que ibamos a un sitio de fideos. Comida que él no podía comer.
—Está a un par de calles, a unos cinco minutos andando, está bien para dar un paseo. Bueno, cuéntame, ¿qué hiciste a lo largo de todo tu viaje?
— Sobrevivir, básicamente, no es algo que debería detallar ante una chica, podrías acabar echando más comida fuera de tu cuerpo de la que vas a meterte ahora. Así que cuentame tú, ¿qué has estado haciendo?
Ahora los recuerdos de vivir yendo de mierda hasta el cuello literalmente parecían incluso nostalgicos, sabiendo que ahora tenía que volver a vestirme e ir limpio por el mundo. Aunque la compañia y la comida merecían la pena. Sobretodo si la compañia era una hermosa kunoichi pelirroja, seguro que muchos se morirían de envidia.
— La verdad es que te veo muy bien, aunque esperaba que hubieses crecido más, me refiero a que ¿no es ahora cuando os crecen los pechos a las chicas? Porque tú estás igual.
—Nabi—